28 noviembre, 2016 •
Georges Sentis ||
Doctor en Historia Contemporánea. Profesor de la Universidad de Perpignan y miembro del Instituto de Historia Social de la CGT. Président de la Commission scientifique des Amis de Robespierre pour le bicentenaire de la Révolution (1988) ||
Desde el golpe militar a la muerte del dictador, el apoyo a la lucha contra Franco ha sido una preocupación constante y, a menudo una prioridad de los demócratas franceses y, sobre todo, de los comunistas. Lo que era cierto en Francia aún era más cierto en los Pirineos Orientales, una gran parte de la población provenía de la vecina Cataluña.
I) 1936/1939
El 23 de julio de 1936, de forma espontánea, un grupo de personas de Ceret, comunistas o simpatizantes, partieron hacia Barcelona, cuatro de ellos se alistaron en la milicia antifascista. Hicieron partes de la columna de Bayo encargada de reconquistar Mallorca a los facciosos. El 1 de septiembre André Darné murió en Puerto Rojo. Fue el primero de muchos franceses que cayeron en suelo español en milicias patrióticas y las brigadas internacionales.[1]
Los de Cérétans que no habían participado en las milicias antifascistas, regresaron a Francia y actuaron dentro del Socorro Rojo Internacional y el Comité de Ayuda a la España republicana. Cuando la política de no intervención provocó el cierre de la frontera, uno de ellos, Jacques Puiquemal se especializó en el paso clandestino de voluntarios hacia España. La experiencia, adquirida por aquel entonces, la puso a disposición de los servicios secretos aliados durante la ocupación de Francia por los nazis.
Muy pronto, en octubre de 1936, los niños que sobrevivieron el infierno de Irun fueron alojados en la colonia de las Juventudes Laicas y Republicanas en Port-Vendres antes de ser repatriados en la España republicana. Durante la primera mitad de 1937, cientos de hijos de republicanos se quedaron en los dos centros de selección de Port-Vendres y Prats-de-Mollo. Estos centros fueron gestionados por el Comité de Acogida a los niños de España, fundada por la Confederación General del Trabajo (CGT) y la Liga de los Derechos Humanos.[2]
Por último, la tercera parte de este internacionalismo proletario, la solidaridad en los lugares de trabajo de los trabajadores franceses y los trabajadores inmigrantes. Por lo tanto, las canteras de granito de Rodes, a partir de octubre de 1936, los trabajadores franceses, españoles e italianos se unieron en la CGT, hicieron jaque al gerente que quería practicar la preferencia nacional en la contratación. A pesar de la huelga, participaron activamente en las campañas de apoyo material a los republicanos españoles en lucha.[3]
A pesar de la jornada de estudios organizada por la Asociación Maitron Languedoc-Roussillon[4] y la tesis de Michael Cade[5], muchos aspectos de esta cuestión no son bien conocidos u ocultados. Pensamos sobre todo con la derecha local para evitar la exfiltración de agentes franquistas catalanes a través del Vallespir[6].
II) 1940/1945
En 1939 se abrió una nueva etapa en las relaciones entre demócratas franceses y republicanos españoles: después de la Retirada, se desarrolló la solidaridad con los internados en los campos de concentración y sus familias dispersas por toda Francia[7]. Solidaridad obstaculizada, en septiembre de 1939 por la prohibición del Partido Comunista, sus organizaciones de masas como el Socorros Popular de Francia, así como la decrepitud de sus cuadros electos. Ahora, comunistas franceses y españoles se verán obligados a actuar de forma clandestina. Desde el 10 de julio de 1940, se unirán en la ilegalidad activistas de los partidos y asociaciones democráticas, tanto en francés como españoles. Sobre sus actividades políticas y militares tenemos varias monografías[8], algunos testimonios[9], pero ninguna síntesis, se podría renovar el antiguo libro de Miguel Ángel Los guerrilleros españoles en Francia 1940-1945.[10]
En relación a la actividad política y la de los guerrilleros antifranquistas en España y su relación con los republicanos exiliados en Francia, sabemos poco. Pasa lo mismo con los contrabandistas que trabajan por su cuenta o con las organizaciones de pasajes[11]. La red de pasajes del libertario Ponzán es una excepción[12]. Uno de los problemas que enfrentan los historiadores franceses es su ignorancia de la organización de estos sectores en el sur de los Pirineos[13]; un problema que puede ser resuelto mediante la depuración o apertura y análisis de los archivos españoles y la participación de los historiadores catalanes. Del mismo modo, sería interesante conocer la versión de los franquistas de las operaciones de distracción de la Cerdanya y del Alto Vallespir durante la operación del Valle de Aran[14].
III) 1945/1975
Poco después de la caída de la República, se establecieron contactos entre las direcciones de las organizaciones en el exilio y algunos activistas que permanecieron libres en territorio franquista. Si las actividades de los pasantes libertarios de la Cerdaña o del Alto Vallespir son relativamente bien conocidas gracias al libro de Guillaume Goutte[15], no ocurre lo mismo con la organización del PCE. Esto se debe en gran parte, porque los registros oficiales siguen siendo inaccesibles y los actores rara vez han dado testimonio de sus actividades clandestinas[16].
Desde 1945, al menos, se estableció dentro de la organización del PCE en los Pirineos Orientales una red clandestina para cruzar hacia España. Este último se dirigió a nivel nacional por Antonio Gros luego por Theo. Estos rendían cuentas a la delegación del Comité Central del PCE en Francia, sobre todo a Santiago Carrillo encargado de cuestiones de organización.
En octubre de 1946, Santiago Carrillo pidió a José Gros de emprender una misión a Barcelona. Para cruzar la frontera de manera ilegal, se fue a Perpiñán, donde fue recibido por Espejo y Ramón, el responsable de los pasajes de los Pirineos Orientales. Con otros dos militantes, Pradal y Margarita, quienes también debían pasar a España, fueron a una casa aislada en la parte superior de Prats-de-Mollo, que sirvió de base para los pasajes. Allí, los tres “paquetes”[17] fueron tomados bajo la responsabilidad de un tal “Tanque”. De noche, sin pasar por los pueblos, a veces con las armas en la mano, llegaron a Ripoll, donde tomaron el tren hacia Barcelona[18].
Según una serie de testimonios recogidos en 1993, desde 1959 hasta 1970, una vez al mes, dos grupos de cuatro o cinco personas pasaban material de propaganda hacia España. De noche, caminaban de tres a seis días, dependiendo de la ruta elegida en función de la temporada. Había cuatro rutas, que serían de Banyuls-sur-Mer a Pont de Moulins, cerca de Figueras, otra de Sorède a Lleira (por encima de Castell de Figueras), otra desde las Illas a (no se sabe concretamente)? y desde Saint-Laurent-de-Cerdans a Tapis. Cuando los que pasaban la frontera tomaban el tren, llevaban maletas de doble fondo. Después, en los años 60, se utilizaron automóviles conducidos por comunistas franceses.
Efectivamente, para cruzar la frontera de manera ilegal, la organización del PCE se apoyó en la del PCF. Según René Athiel, tesorero de la Federación del PCF desde 1945 hasta 1947, Enrique Lister fue a la oficina federal para discutir la posibilidad de organizar un enlace marítimo clandestino entre Collioure y la costa española. Del mismo modo, antes de regresar a España para ponerse al frente de la 5ª Agrupacion de Guerrilleros Centro-Extremadura en abril de 1945, Cristino García se reunió en Perpignan con los responsables comunistas franceses.
Desde el regreso a la legalidad del PCF, se decidió que el secretario de la organización de las federaciones de la frontera también tendría la misión de ocuparse de la ayuda para llevar clandestinamente los comunistas españoles en su lucha del interior de España. Este trabajo fue supervisado por un colaborador del Comité Central, a petición de los responsables españoles, el secretario ponía a disposición de la organización pasadores y se encargaba de solucionar los problemas materiales que surgieran o que planteasen los españoles. Pero este responsable francés no sabía nada de la organización española tanto en Francia como en España.
Su tarea se hizo aún más importante con la ilegalización de PCE[19] en Francia. La actividad del PCE se convirtió totalmente secreta, apoyada en el aspecto público por el PCF y sus organizaciones de masas. Así, los miembros de la UGT-JC, escisión procomunista la UGT, que se integraron en los grupos lingüísticos de la CGT[20]. Su tarea fue tanto más importante desde los años 60 cuando acudieron muchos trabajadores inmigrantes españoles a Francia.
La ida y venida de esos trabajadores y de turistas franceses hicieron posible una apertura relativa de la frontera. Por otra parte, el coche habiéndose sociabilizado, los passages cada vez se realizaron menos en tren.
Así Roger Semper, elegido secretario de la organización en el congreso federal del PCF en 1968, podía contar con una docena de parejas que disponían de coche. Les hacía pasar a España, materiales de propaganda (folletos y panfletos) y documentos, ya algunas veces activistas. De acuerdo con René Athiel “la noche del viernes, llevé el coche [un Dauphine] a casa de un camarada carrocero que colocaba el material clandestino en latas de metal sostenidas debajo del coche con collarines de hierro.” Se fueron con sus hijos Monique y Georges para parecer una familia que viajaba a España. “Las carreteras eran terribles y tardamos cuatro horas para llegar a Barcelona. Teniendo en cuenta el trabajo que teníamos que hacer cuando llegáramos allí, lo que nos costó dos días hasta llegar a la capital catalana”. El paso por la frontera era un momento delicado, la policía española, las armas en la mano, parando casi todos los coches de pasajeros y los papeles cuidadosamente controlados. En Barcelona, las reuniones se hacían en una zona tranquila, a menudo a las calles que conducían al Tibidabo. René Athiel “pasaba debajo del coche con unas tijeras y en un santiamén cambiaba el paquete de vehículo. [..] En otras ocasiones, eran compañeros españoles que íbamos a recoger el sábado por la mañana en el tren de París, nunca más de dos, por lo general responsables del PCE y del PSUC. En nuestro coche con los niños era el tío”.
Imposible cuantificar el número de estas misiones. Según René Athiel “durante un tiempo, fuimos cada semana a Barcelona. Eso se convirtió en una situación peligrosa para nuestra seguridad y la seguridad de nuestros pasajeros que tenían documentos falsificados.”
Estas misiones se llevaron a cabo sobre todo en Cataluña, pero a veces más allá. Sr. y Sra. Gandner se aventuraron hasta Cádiz, Sr. y Sra. Colas a las Baleares para llevar una contraseña. Paulette y René Athiel acompañaron a un miembro del CC del PCE al País Vasco a contactar con antiguos militantes comunistas, misión complicada porque tenían que cambiar de residencia durante varios días. Los Athiel también fueron varias veces en Praga donde desde 1950, se encontraba el sitio de la dirección del PCE.
Después de 1970, ya no se pasó prácticamente más material de propaganda, ya que el PCE había logrado instalar imprentas clandestinas en España. Por contra, hubo una muy importantes ida y venida de miembros del Comité Central, de cuadros bien para acometer una misión en España o asistir a reuniones en Francia. En los Pirineos Orientales, muchas casas de militantes comunistas españoles y franceses sirvieron de alojamiento e incluso reunión.
Si los pasos de material o de militantes estaban planificados, las escapadas del interior por parte de responsables quemados o militantes evadidos, se organizaron la mayoría de las veces de forma catastrófica.
– Una noche, Manolo aterrizó en casa de Athiel para prevenirle que una veintena de fugados habían cruzado la frontera en la región de Reynès y que había que llevarlos rápidamente, en primer lugar, a Perpiñán y posteriormente, repartirlos después por varias ciudades de Francia. En pocas horas todo se solucionó.
– Tras la ejecución del Almirante Carrero Blanco, Presidente del Gobierno, por miembros de ETA el 20 de diciembre de 1973 en España, donde la policía estaba armada hasta los dientes y ansiosos de venganza, el joven Jean Vila fue encargado de extraer a dos importantes dirigentes del PCE.
– En 1974, Fleury (colaborador del C.C. del PCF responsable del control de la ayuda a la España republicana) pidió a Roger Semper organizar la entrada en Francia de dos responsables españoles que habían sido heridos por la policía franquista, durante una reunión clandestina en la región de Valencia. Además, debían ser atendidos por un cirujano para que les hiciera la cura de las heridas, que habían sido curados in situ con primeros auxilios de un médico comunista. Dada la importancia de la operación, Santiago Carrillo y miembro del Buró Político abajaron a Perpiñán. Roger Semper pensó en el médico comunista, Pierre Roueylou, director de la clínica en Quillan en el Aude. Roger Semper alertado Maurice Martin, secretario federal del Aude, que, a su vez, movilizó a la secretaria de la sección local del PCF. Todo se resolvió sin problemas y los heridos volaron a París.
Según Roger Semper, de 1968 a 1975, no hubo que lamentar ninguna detención en los pasadores franceses. Parece ser que durante los mismos años, la situación fue la misma para los miembros de la red española.
Siento no poder profundizar más en el asunto. Somos muy conscientes de las importantes lagunas de esta historia. Además, varias asociaciones de los Pirineos Orientales (Instituto de Historia Social de la CGT, Veteranos PCF, Association Nationale des Anciens Combattants de la Résistance, Asociación de ex guerrilleros españoles en Francia … FFI) se han unido para emprender un proyecto de los Pirineos Orientales, que tratará sobre la ayuda a la lucha antifranquista desde 1936 hasta 1975. La acogida de los niños de España desde 1936 hasta 1940 que empieza a ser conocida. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer y por lo tanto esperamos contar con la ayuda de nuestros amigos españoles.
*Intervención de Georges Sentis en el acto conmemorativo del centenario de Domingo Malagón, organizado por la FUNDACIÓN DOMINGO MALAGÓN en el Centro Cultural Puerta de Toledo, el 28 de noviembre de 2016 y en el que, además, intervinieron el presidente de la FUNDACION, Juan Ramón Sanz, Sebastián Agudo, Luis Cabo y Santiago Carrillo Menéndez, hijo de Santiago Carrillo Solares, Secretario General del PCE, durante la dictadura de Franco y al que se debe, en gran medida, la Transición a la democracia en España.
Notas:
1 DREYFUS-ARMAND Geneviève & MARTINEZ-MALER Odette, L’Espagne passion française 1936-1975 Guerres, exils, solidarités, Paris, Les Arènes, 2015.
2 SENTIS Georges, Habitants des Pyrénées-Orientales combattants des milices antifascistes et des Brigades Internationales, Perpignan, Editions M/R, 2011.
3 L’Aide aux enfants de la guerre d’Espagne aux camps, Perpignan, Editions M/R, 2015.
4 SENTIS Georges, Les carriers de Rodès en lutte (1936/1939), Perpignan, Editions M/R, 2014.
5 Catalans du Nord et Languedociens et l’aide à la République espagnole 1936/1946, Perpignan, Presse universitaire de Perpignan, 2009.
6 CADE Michel, Le Parti des campagnes rouges Histoire du Parti Communiste dans les Pyrénées-Orientales 1920-1929, Perpignan, Editions du Chiendent, 1988.
7 SENTIS Georges, Le Haut Vallespir et l’Espagne 1936/1945, Perpignan, Editions M/R, 2015.
8 Depuis le livre pionnier de René GRANDO, Jacques QUERALT et Xavier Febrès Vous avez la mémoire courte paru en 1981 aux Editions du Chiendent, de nombreux ouvrages ont été publiés. Par ailleurs, trois lieux de mémoire ont vu le jour : le Mémorial du Camp d’Argelès, la Maternité suisse d’Elne et, récemment, le Mémorial du Camp de Rivesaltes.
9 Citons seulement
– COSTUMERO Jean, De Decazeville au Val d’Aran, dans les pas d’un guérillero Espagnol, 2011.
– FARRENY DEL BOSQUE Charles et Henri, L’affaire Reconquista de España, 1942-1944, Résistance espagnole dans le Sud-Ouest, Edition d’Albret, 2009.
– SENTIS Georges, La lutte des Espagnols contre les Franquistes, Vichy et l’Occupant dans les Pyrénées-Orientales de 1936 à 1945, Perpignan, Editions M/R, 2014.
10 Citons le coffret de sept CDrom Mémoire des Républicains espagnols en Languedoc-Roussillon, témoignage d’exil de trois générations réalisé par les services du Conseil régional.
11 ANGEL MIGUEL Los guerilleros espanoles en Francia 1940-1945, La Havana, 1971.
12 EYCHENNE Emilienne, Les portes de la liberté, le franchissement clandestin de la frontière espagnole dans les Pyrénées-Orientales de 1939 à 1945, Toulouse, Privat, 1985.
13 TELLEZ SOLA Antonio, Le réseau d’évasion du groupe Ponzan : anarchistes dans la guerre secrète contre le franquisme et le nazisme, 1936-1944, Toulouse, Editions Coquelicot, 2008.
14 Notre connaissance des filières de passage est essentiellement basée sur leur dossier d’homologation au sein des Forces Françaises Combattantes déposée au Service historique de l’Armée à Vincennes. Or ces documents ne mentionnent que leurs agents travaillant sur le territoire français.
15 BALENT André, Les guérilleros espagnols dans les Pyrénées-Orientales d’août 1944 à mars 1945, les autorités françaises et le contrôle de la frontière, Midi Rouge, n°14 de décembre 2009.
16 GOUTTE Guillaume, op. cit., cf. les chapitres Les passeurs anarchistes au temps des Bandoleros (1945-1961) pages 133 à 149, et L’activité de passage des Jeunesses libertaires (1961-1975) pages 151 à 167.
17 Nous avons besoin de l’aide des historiens espagnols pour connaitre l’existence des témoignages, tel celui de José Gros, publiés au lendemain de la mort de Franco.
18 Pendant l’Occupation de la France par les nazis, dans les filières de passage on utilisait le mot « colis » pour désigner les personnes à prendre en charge par opposition au courrier à transporter.
19 GROS José, Relatos de un guerrillero comunista español, Barcelona, 1977.
20 En 1950, en pleine guerre froide et alors que les relations diplomatiques entre les gouvernements français et espagnols étaient sur la voie d’être rétablies, le 7 septembre, le gouvernement Pléven interdit le PCE et ses organisations satellites (UGT-JC, Amicale des anciens guérilleros espagnols en France FFI…) et fit arrêter 292 militants au cours de l’opération Boléro-Paprika
21DREYFUS ARMAND Geneviève, L’exil des républicains espagnols en France, De la Guerre civile à la mort de Franco, Paris, Albain Michel, 1999, page 267.
Fuente: Crónica Popular
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