EL QUINTO REGIMIENTO
DE MILICIAS POPULARES
Según
la canción popular, el Quinto Regimiento fue fundado el 18 de julio por el
Partido Comunista en el patio de un convento, destacando las figuras de Líster,
El Campesino, Galán, Modesto y el comandante Carlos.
Para
el historiador Eduardo Comín Colomer y Enrique Castro Delgado, miembro del
Comité Provincial del PCE de Madrid, la creación del Quinto Regimiento es obra
de este último. Tras la toma del Cuartel de la Montaña las MAOC[1] de
Cuatro Caminos con el comandante Fernández Navarro, el oficial retirado de la
Guardia Civil Francisco Galán y los dirigentes Villasante y González al frente
vuelven a la popular glorieta madrileña. Allí se les unen Manuel Carnero y
Enrique Castro, quien, según su propio testimonio, había recibido órdenes de
diversos miembros del Comité Central del PCE. Castro mandará incautar el
convento de los Salesianos de la calle Francos Rodríguez y, convocando a los
Radios comunistas de Cuatro Caminos y Chamartín de la Rosa, organizará los primeros
grupos de milicias, siendo nombrado comandante-jefe del que llamará Quinto
Regimiento.
En
“Guerra y Revolución en España”, la historia de la guerra civil dirigida por
Dolores Ibárruri, no se precisa el día de la creación del Quinto Regimiento.
Después de referirse a la formación de los primeros grupos de milicias y a la
incautación del convento de los Salesianos se afirma:
“Días más tarde, en ese cuartel de Francos Rodríguez, el Partido
Comunista constituyó el glorioso Quinto Regimiento de Milicias Populares.
Asistieron al acto de su fundación los miembros del Buró Político y del Comité
Provincial de Madrid. Entre ellos José Díaz, Dolores Ibárruri, Pedro Checa, así
como Enrique Líster, Juan Modesto y otros”.
Juan
Modesto, responsable nacional de las MAOC, también se refiere a la fundación
del Quinto Regimiento, si bien tampoco especifica el día en que tuvo lugar:
“El día 20, a la noche, la dirección del PC acuerda comenzar a reorganizar las milicias. Mi última gestión como responsable nacional de las MAOC consistió en transmitir personalmente a todos los distritos de las MAOC que recorrí, así como a los comités de radio del Partido, las directivas que recibí, en nombre de la dirección del Partido, de los camaradas Pedro Checa y Francisco Antón de concentrar a todos los milicianos en Francos Rodríguez, en el edificio abandonado del viejo convento de los Salesianos, donde ya se habían instalado las MAOC de la barriada obrera de Cuatro Caminos y donde fue organizado el 5º Regimiento. Igualmente se indicó intensificar la recluta de voluntarios en las distintas barriadas y su traslado posterior al cuartel del Quinto. Allí participé en la reunión constitutiva del mismo, a la que asistieron los camaradas José Díaz, Dolores Ibárruri, Pedro Checa, Francisco Antón, Daniel Ortega, Victorio Codovilla y yo, por mi responsabilidad de las MAOC, así como algunos responsables de las milicias de distrito.
En aquella reunión donde nació el Quinto Regimiento no se nombró a nadie comandante, ni comandante en jefe. El jefe del Quinto era de hecho el Partido, sin personalizar todavía en nadie. Lo que sí ocurrió es que aquellos camaradas que habían dirigido las milicias de distrito y tenido responsabilidad en ellas, continuaban haciéndolo, aunque no todos. Y de ahí el que, a pesar de la constitución del Regimiento, subsistieron durante algún tiempo diversas organizaciones milicianas, que en el desarrollo del Quinto fueron incorporándose a éste, ocupando puestos de dirección los camaradas que más se habían distinguido en su organización y en los primeros combates”.
“El día 20, a la noche, la dirección del PC acuerda comenzar a reorganizar las milicias. Mi última gestión como responsable nacional de las MAOC consistió en transmitir personalmente a todos los distritos de las MAOC que recorrí, así como a los comités de radio del Partido, las directivas que recibí, en nombre de la dirección del Partido, de los camaradas Pedro Checa y Francisco Antón de concentrar a todos los milicianos en Francos Rodríguez, en el edificio abandonado del viejo convento de los Salesianos, donde ya se habían instalado las MAOC de la barriada obrera de Cuatro Caminos y donde fue organizado el 5º Regimiento. Igualmente se indicó intensificar la recluta de voluntarios en las distintas barriadas y su traslado posterior al cuartel del Quinto. Allí participé en la reunión constitutiva del mismo, a la que asistieron los camaradas José Díaz, Dolores Ibárruri, Pedro Checa, Francisco Antón, Daniel Ortega, Victorio Codovilla y yo, por mi responsabilidad de las MAOC, así como algunos responsables de las milicias de distrito.
En aquella reunión donde nació el Quinto Regimiento no se nombró a nadie comandante, ni comandante en jefe. El jefe del Quinto era de hecho el Partido, sin personalizar todavía en nadie. Lo que sí ocurrió es que aquellos camaradas que habían dirigido las milicias de distrito y tenido responsabilidad en ellas, continuaban haciéndolo, aunque no todos. Y de ahí el que, a pesar de la constitución del Regimiento, subsistieron durante algún tiempo diversas organizaciones milicianas, que en el desarrollo del Quinto fueron incorporándose a éste, ocupando puestos de dirección los camaradas que más se habían distinguido en su organización y en los primeros combates”.
Enrique Líster, luego comandante jefe del Quinto
Regimiento, adelanta la fecha de su creación y destaca la participación de las
MAOC en la formación de los primeros batallones de voluntarios:
“El día 17 de julio, tomando como base las MAOC (Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas), creadas anteriormente como fuerzas de protección contra las maquinaciones fascistas, comenzaron la formación de cinco batallones de voluntarios. El 5º Batallón tenía como zona de reclutamiento y organización la barriada de Cuatro Caminos.
“El día 17 de julio, tomando como base las MAOC (Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas), creadas anteriormente como fuerzas de protección contra las maquinaciones fascistas, comenzaron la formación de cinco batallones de voluntarios. El 5º Batallón tenía como zona de reclutamiento y organización la barriada de Cuatro Caminos.
Uno de los primeros y más activos organizadores
del 5º Batallón fue Arturo Arellano[2] –que
luego murió a frente de una Brigada-. El día 20, después de participar en el
asalto al Cuartel de la Montaña, el 5º Batallón, al volver a Cuatro Caminos,
decidió ocupar el convento de los Salesianos, en la calle de Francos Rodríguez,
y transformarse en 5º Regimiento de Milicias Populares”.
En
sus Memorias, Santiago Álvarez, comisario de un batallón del Quinto Regimiento
y luego de la 1ª Brigada Mixta y la 11ª división, señala:
“El 18 de julio de 1936, los camaradas del partido y de las MAOC de Cuatro Caminos, se hacen cargo del edificio del convento de los Salesianos en dicha barriada, que se hallaba abandonado. El 20 de julio, la dirección del PCE (José Díaz, Pedro Checa, Dolores Ibárruri y Antonio Mije) designa como organizadores del 5º Regimiento de Milicias Populares a los camaradas Carlos Contreras (Vittorio Vidali), Pedro Checa, un camarada alemán que llamábamos Pablo (se trata de Mariano de Pablo), Enrique Castro y Francisco Barbado.
A comienzos de noviembre pasó a ser jefe del Regimiento Enrique Líster...”.
“El 18 de julio de 1936, los camaradas del partido y de las MAOC de Cuatro Caminos, se hacen cargo del edificio del convento de los Salesianos en dicha barriada, que se hallaba abandonado. El 20 de julio, la dirección del PCE (José Díaz, Pedro Checa, Dolores Ibárruri y Antonio Mije) designa como organizadores del 5º Regimiento de Milicias Populares a los camaradas Carlos Contreras (Vittorio Vidali), Pedro Checa, un camarada alemán que llamábamos Pablo (se trata de Mariano de Pablo), Enrique Castro y Francisco Barbado.
A comienzos de noviembre pasó a ser jefe del Regimiento Enrique Líster...”.
Vittorio
Vidali[3]
relata así la creación del Quinto y su incorporación al mismo:
“Una vez tomado el Cuartel de la Montaña, donde varios oficiales habían preparado la sublevación confiando en apoderarse de la capital, me fui al local del Partido Comunista de España y me puse a su disposición para todo aquello que pudiese o supiese hacer. Encontré en él a Pepe Díaz, secretario general del Partido, junto con otros dirigentes. Me dijo que fuese al barrio de Cuatro Caminos, donde algunos obreros habían ocupado un convento. Con un viejo fusil en bandolera y acompañado de diez o doce camaradas, montados en un camión, partí hacia el lugar donde acabamos por instalar la Comandancia del 5º Regimiento”.
Como señala Juan A. Blanco en su libro El Quinto Regimiento en la política militar del P.C.E. en la Guerra Civil, no parece que llegase a tener lugar ninguna reunión formal de constitución del Quinto Regimiento, ni que éste empezase a existir antes del 20 de julio. Algunos de aquellos a quienes se atribuye su fundación, caso de Líster, tardaron en incorporarse al Quinto algunos días y otros, como Enrique Castro, tendrán un papel destacado, como reconocen la práctica totalidad de las publicaciones más recientes.
“Una vez tomado el Cuartel de la Montaña, donde varios oficiales habían preparado la sublevación confiando en apoderarse de la capital, me fui al local del Partido Comunista de España y me puse a su disposición para todo aquello que pudiese o supiese hacer. Encontré en él a Pepe Díaz, secretario general del Partido, junto con otros dirigentes. Me dijo que fuese al barrio de Cuatro Caminos, donde algunos obreros habían ocupado un convento. Con un viejo fusil en bandolera y acompañado de diez o doce camaradas, montados en un camión, partí hacia el lugar donde acabamos por instalar la Comandancia del 5º Regimiento”.
Como señala Juan A. Blanco en su libro El Quinto Regimiento en la política militar del P.C.E. en la Guerra Civil, no parece que llegase a tener lugar ninguna reunión formal de constitución del Quinto Regimiento, ni que éste empezase a existir antes del 20 de julio. Algunos de aquellos a quienes se atribuye su fundación, caso de Líster, tardaron en incorporarse al Quinto algunos días y otros, como Enrique Castro, tendrán un papel destacado, como reconocen la práctica totalidad de las publicaciones más recientes.
Algunas cuestiones están hoy fuera de duda: el papel clave que juegan las MAOC, en especial las de Cuatro Caminos, el hecho de que el Quinto se iniciara a partir del 5º Batallón de voluntarios que organiza el comandante Fernández Navarro y que el proceso de creación y organización lo dirige el Partido Comunista.
Producida la sublevación, las distintas organizaciones políticas y sindicales procuran conseguir armas y formar grupos de milicianos. El PCE y sus MAOC hacen los mismo. Desde el Ministerio de la Guerra algunos miembro de la U.M.R.A. (Unión Militar Republicana Antifascista), con el teniente coronel Hernández Saravia a la cabeza, organizan cinco batallones de voluntarios al mando de los tenientes coroneles Mangada, Marina y Lacalle y los comandantes Sánchez Aparicio y Fernández Navarro. El 5º Batallón tenía como zona de reclutamiento la barriada de Cuatro Caminos, siendo destinados a este batallón, junto a Fernández Navarro, los capitanes Miguel Gallo[4] y Eutiquiano Arellano[5]. Contaban para armar el batallón con unos 300 fusiles y dos ametralladoras.
Según Manuel Carnero, dirigente del Radio Norte del PCE y sublevado en Jaca con Galán, el 5º Batallón se formó con milicianos del Radio Norte que él dirigía junto a Enrique Castro. Con el apoyo del capitán López Mejías, también sublevado en Jaca, obtienen para las MAOC y los miembros de la JSU la mayoría de los fusiles y las dos ametralladoras, ya que eran los únicos que conocían su funcionamiento. Este 5º Batallón participa en la toma del Cuartel de la Montaña y a la vuelta a Cuatro Caminos ocupan el convento de los Salesianos de la calle de Francos Rodríguez, estableciendo allí el cuartel del Batallón.
Paralelamente, otros destacamentos de las MAOC y otros radios del PCE arman y organizan diversos grupos que salen hacia la sierra, Toledo, Alcalá y Guadalajara, participando activamente en esta tarea los jefes de las MAOC y dirigentes como Antonio Mije y Pedro Checa. Al cuartel de Francos Rodríguez se van a incorporar milicianos enrolados por el Radio Norte y otros Radios del PCE y la JSU de Madrid. El Radio Norte será el responsable de este cuartel en los primeros días, tal como aparece en el Mundo Obrero del 21 de julio de 1936, aunque este Radio enrolará también milicianos en el Cine Noveldi de la calle Bravo Murillo.
A pesar de que se considere creado el Quinto Regimiento el día 20, hasta finales de julio no se utilizará este nombre. En Mundo Obrero de 21 de julio se habla del “5º Batallón de Milicias Populares”. El primer núcleo de milicias que sale hacia la sierra se llama 5º Batallón, marchando a Somosierra al mando de Francisco Galán con García del Val de responsable político. En las fichas de milicianos del Quinto y en el periódico que publica la fracción comunista del frente de Somosierra se le seguirá denominando 5º Batallón durante un tiempo.
El Quinto Regimiento es desde su inicio, más que una unidad militar, un centro de reclutamiento y de instrucción. Para ello se establece en el cuartel de Francos Rodríguez, pero paralelamente lo hace también en la Sierra madrileña. En el cuartel se instruye y arma a milicianos reclutados por los distintos Radios de Madrid, mientras que en el Guadarrama se organizan los primeros grupos con un responsable a los que se pretende dar una cierta instrucción y cohesión militar.
En Navacerrada y Somosierra Modesto y Francisco Galán organizan los núcleos de los que serán algunos de los batallones más famosos del Regimiento: el Thaelman y el Móvil Campesino. En Villalba, Guadarrama, El Escorial, Collado Mediano y otros pueblos, hombres del Quinto como Cecilio Arregui, Enrique Zafra y Gonzalo Pando inician el reclutamiento. En la sierra se producirá la incorporación de grupos dispersos a las primeras unidades del Regimiento. De la Sierra saldrán los milicianos que integran algunas de las primeras Compañías de Acero. Con el apoyo de los campesinos el Quinto Regimiento creará en los frentes de la Sierra los primeros servicios de Intendencia y Sanidad.
A los pocos días de iniciarse la contienda aparece en el frente del Guadarrama la primera unidad organizada en Madrid por el Quinto Regimiento, la Primera Compañía de Acero, que viene al mando del capitán Manuel Márquez y en la que actúa de capitán Francisco Barbado. Con una cierta organización militar entra en combate al grito de “Paso al Quinto Regimiento”. Es la primera vez que se oye ese nombre en el frente. El nombre se popularizará y jugará un papel importante.
LAS MAOC
Como
hemos visto, los destacamentos de las Milicias Antifascistas Obreras y
Campesinas (MAOC) constituyen el núcleo de algunos de los primeros grupos de
milicias comunistas que van a servir de base para la formación de varias
unidades del Quinto Regimiento.
La
historia oficial del PCE dirigida por Dolores Ibárruri centra la creación de
las MAOC entre febrero y junio de 1933. Tagüeña afirma que el PCE empezó a
organizar las milicias en la primavera de 1933, siendo su jefe un joven vasco
conocido como “Alcalde”. El líder comunista Matorras, en su libro El
comunismo en España (1935) señala:
“[...] en una reunión celebrada en el mes de mayo
por el Buró Político del Partido, la delegación de la Internacional Comunista
planteó la necesidad de crear una organización antifascista de frente único que
estuviera controlada por el Partido y se encargara de llevar a la realidad la
creación de milicias” .
Modesto,
responsable nacional de las MAOC a partir del verano de 1934, afirma lo mismo.
Aunque en su libro Soy del Quinto Regimiento dice que las MAOC se
crearon a finales de 1933, en otro de sus escritos, Al servicio del pueblo,
afirma:
“Si el curioso historiador o lector curioso se interesa por sus
antecedentes, que no pierda el tiempo, son una cosa nueva, original, que crea
el pueblo, que hace sus primeras armas en las manifestaciones de mayo de 1933,
donde aún bisoños, son sorprendidos por la fuerza pública, aún sin darle tiempo
a sacar su sencilla pistola, como cae gravemente herido en aquellas
manifestación Julio Zamolea al que la prensa califica en los cotidianos del día
2 de mayo, de pistolero”.
En
febrero de 1934 se publica un folleto firmado por S. Guerra titulado Cómo se
organizan las MAOC. En él se afirma que las MAOC están integradas por
jóvenes obreros y campesinos y otros antifascistas. Está organizadas en
escuadras, secciones y centurias, cada una con un delegado técnico y otro
político, encargados de su funcionamiento. Territorialmente se estructuraban en
milicias de aldea, empresa o radio, residiendo su ejecutivo en Madrid.
En
Madrid, la organización de las MAOC se divide en cuatro distritos, según los
puntos cardinales. Al mismo tiempo se las conoce por el nombre del barrio-guía:
a las del distrito Norte se las conoce como “de Cuatro Caminos”; las del
distrito Oeste, como las “MAOC del Puente de Segovia”; las del distrito Este se
llaman indistintamente de las Ventas, de Chamberí, incluso de Manuel Becerra; y
en las del Sur, a las de Vallecas, sus integrantes llamaban también “de
Pacífico”.
En un
Boletín Interior del Radio Sur del PCE de Madrid se establece que cada célula
debe nombrar un responsable de las MAOC para conectar a éstas con las distintas
células, haya o no militantes de las MAO en esa célula. A cada célula se le
asignará una fábrica para crear en ella un grupo de MAOC en unión con las
Juventudes Comunistas. Cada célula reclutará obreros de todas las tendencias de
la barriada para formar MAOC de barriada. Se establecen contactos semanales
entre célula y MAOC de barriada.
Al margen
de Asturias, la actuación de las MAOC en octubre de 1934 se circunscribe a
Madrid. Según Modesto: “las MAOC de Madrid y de Villalba participan activamente
en el Puente de Segovia y a las 12 del 4 de Octubre (...) se hacen dueños de la
situación; en Cuatro Caminos se baten con la fuerza pública (...). En Villalba
se declara la huelga general en toda la comarca y las MAOC vuelan los puentes
para obstaculizar la salida de fuerzas contra Asturias”.
Después
de octubre la actividad de las MAOC se limita prácticamente a la protección de
las concentraciones populares de la Casa de Campo y en El Pardo, haciendo
frente a los pistoleros de la derecha. Con el triunfo del Frente Popular la
labor inmediata de las MAOC se ampliará también a la participación y protección
de las manifestaciones que por la amnistía y contra la amenaza de golpe de
Estado se realizan en Madrid del 17 al 19 de febrero.
Los
estatutos que las MAOC presenta para su legalización tras el triunfo del Frente
Popular las definía como organizaciones centradas oficialmente en la defensa “de
los trabajadores, de sus organizaciones, de la prensa, locales, actos,
concentraciones y manifestaciones del pueblo, tomando sobre sí la
responsabilidad del orden y la seguridad”, lo que realizan con cierto
éxito. Y añaden: “Poner fin a los asesinatos de vendedores de la prensa
obrera”. Desde el 29 de febrero de 1936, en que hacen una demostración a la
salida del mitin de la plaza de toros a favor de la amnistía, participan
públicamente en diversos actos, enfrentándose en la calle con los grupos de
choque de matiz fascista. Como señala Juan A. Blanco, realizan ciertos actos de
sabotaje y boicot, preparan huelgas, servicios de vigilancia e información,
etc. A pesar de lo que algunos autores han sostenido durante años, la presencia
de las Milicias en la época del gobierno del Frente popular no obedeció a
ningún plan revolucionario inmediato.
En cuanto a los mandos de las MAOC no se dispone de información suficiente. Tagüeña habla del vasco conocido como “Alcalde” como su primer jefe nacional. De Juan Fernández “Juanito”, dice Mundo Obrero con ocasión de su muerte que era jefe de las MAOC y “su principal organizador” y desde hace años del “Comité Nacional de las Milicias Populares”. En el verano de 1934 Modesto fue designado responsable nacional de las MAOC bajo la dirección inmediata de Pedro Checa, Secretario de Organización del PCE. Los jefes de Madrid eran Juan Fernández y Agustín Lafuente.
En cuanto al número de integrantes de las MAOC tampoco se dispone de datos muy precisos. Para mayo de 1936 se da la cifra de 2.000 milicianos. En Guerra y Revolución en España se afirma que las MAOC contaban en Madrid con unos 1.500 milicianos antes de la sublevación. Para estas mismas fechas, Modesto daba la cifra de 4.000 miembros de las MAOC.
En los días previos a la sublevación, grupos de milicianos recorrían las calles durante la noche, especialmente en Madrid. En las casas de la JSU, en las Radios y sedes del PCE se esperaba la sublevación y se preparaba la respuesta, chocando siempre con el mismo obstáculo: la falta de armas.
Según Modesto, a partir del 16 de julio las MAOC fueron alertadas y concentradas en los puntos clave. Cada distrito conoce su misión y goza de iniciativa. Las MAOC de Madrid tienen su puesto de mando en la calle Piamonte. Cuando la rebelión se considera inminente, el PCE y las MAOC tratan de conseguir armas como sea, constituyéndose en el armazón que permitió la creación de los primeros grupos de milicianos. Al mismo tiempo, al ordenar el día 20 de julio la dirección nacional de las MAOC que todos sus destacamentos organizaran la recluta de voluntarios en los locales del PCE y se concentraran en el cuartel de Francos Rodríguez, estaban poniendo las bases de lo que sería el Quinto Regimiento de Milicias Populares.
En cuanto a los mandos de las MAOC no se dispone de información suficiente. Tagüeña habla del vasco conocido como “Alcalde” como su primer jefe nacional. De Juan Fernández “Juanito”, dice Mundo Obrero con ocasión de su muerte que era jefe de las MAOC y “su principal organizador” y desde hace años del “Comité Nacional de las Milicias Populares”. En el verano de 1934 Modesto fue designado responsable nacional de las MAOC bajo la dirección inmediata de Pedro Checa, Secretario de Organización del PCE. Los jefes de Madrid eran Juan Fernández y Agustín Lafuente.
En cuanto al número de integrantes de las MAOC tampoco se dispone de datos muy precisos. Para mayo de 1936 se da la cifra de 2.000 milicianos. En Guerra y Revolución en España se afirma que las MAOC contaban en Madrid con unos 1.500 milicianos antes de la sublevación. Para estas mismas fechas, Modesto daba la cifra de 4.000 miembros de las MAOC.
En los días previos a la sublevación, grupos de milicianos recorrían las calles durante la noche, especialmente en Madrid. En las casas de la JSU, en las Radios y sedes del PCE se esperaba la sublevación y se preparaba la respuesta, chocando siempre con el mismo obstáculo: la falta de armas.
Según Modesto, a partir del 16 de julio las MAOC fueron alertadas y concentradas en los puntos clave. Cada distrito conoce su misión y goza de iniciativa. Las MAOC de Madrid tienen su puesto de mando en la calle Piamonte. Cuando la rebelión se considera inminente, el PCE y las MAOC tratan de conseguir armas como sea, constituyéndose en el armazón que permitió la creación de los primeros grupos de milicianos. Al mismo tiempo, al ordenar el día 20 de julio la dirección nacional de las MAOC que todos sus destacamentos organizaran la recluta de voluntarios en los locales del PCE y se concentraran en el cuartel de Francos Rodríguez, estaban poniendo las bases de lo que sería el Quinto Regimiento de Milicias Populares.
LOS PRIMEROS COMANDANTES
En cuanto a la jefatura del Quinto Regimiento ya vimos
cómo Castro Delgado se la atribuye desde su inicio. Modesto considera que
cuando el Buró político decide enviar a varios dirigentes para organizar el
Regimiento no se nombra ningún comandante jefe. En Guerra y revolución en
España no se hace referencia a la jefatura de Castro, ni tampoco en las obras
de Vittorio Vidali. Según Modesto, el Partido Comunista designó una jefatura
del Quinto Regimiento por primera vez el 20 de septiembre, nombrando para la
misma a Carlos Contreras, Enrique Líster y a él mismo. Sin embargo, como señala
Juan A. Blanco, el Quinto Regimiento tuvo siempre comandante-jefe y tuvo uno
solo, tal como se puede comprobar en las fichas de los milicianos del
Regimiento, en Milicia Popular y otros órganos de prensa comunistas, y como
reconocen diversos dirigentes del PCE y destacados miembros del Quinto
Regimiento como Líster, Barbado, Ortega y Santiago Álvarez.
No se puede precisar la fecha, pero
sí afirmar que Enrique Castro fue designado por el Buró Político como
comandante-jefe del Regimiento. En el número de Milicia Popular del día
30 de julio se hace referencia a Castro como comandante-jefe del Quinto
Regimiento. En Mundo Obrero del 28 de julio se afirma que la la
dirección del PCE le encarga la dirección y organización del Quinto Regimiento
junto a responsables del Radio Norte. Sin embargo, en aquellos primeros días de
vida del Quinto Regimiento las cosas no debían estar tan claras, máxime cuando
el Regimiento existía más en la Sierra que en el cuartel de Francos
Rodríguez.
Así, el Mundo Obrero del 25 de
julio se refiere a Francisco Barbado como comandante-jefe del Quinto
Regimiento. De nuevo en el número correspondeinte al 30 de julio se dice que
Barbado es su comandante-jefe, considerando a Enrique Castro como comandante
del batallón Acero. Por otro lado, Barbado afirma que en los primeros
días el comandante-jefe fue Carlos Contreras pero, pasados unos días y teniendo
en cuenta la nacioalidad italiana de Carlos, Enrique Castro, hasta entonces
segundo comandante, pasó a jefe del Regimiento.
Desde el 30 de julio Enrique Castro
aparece regularmente en Milicia Popular como comandante del Quinto
Regimiento, hasta el 19 de septiembre, momento en el que Enrique Líster es
nombrado comandante-jefe del Regimiento. Seguirá siéndolo hasta la disolución
del mismo. A partir de octubre, cuando se inicie la formación de la 1ª Brigada
Mixta, será su jefe nominal, limitándose a firmar las decisiones de Carlos
Contreras y el Buró Político del PCE, con una mayor vinculación en los días de
la defensa de Madrid en noviembre.
El alma del Regimiento será Carlos
Contreras (Vittorio Vidali), y así se reconoce unánimemente. Desde su
incorporación al Regimiento será su comisario político y, según diversas
fuentes, principal responsable de la formulación de la política del PCE
respecto a la formación del ejército popular republicano.
En los primeros números de Milicia
Popular se hacen frecuentes referencias a Francisco Barbado como segundo
comandante. Sale para el Guadarrama con la “Primera Compañía de Acero” y en
octubre vuelve al trabajo sindical del PCE.
De la intendencia del Regimiento se
encargará el diputado comunista por Cádiz Daniel Ortega Martínez. Con Carlos
Contreras y Benigno Rodríguez (jefe de la Comisión de Trabajo Social) formarán
el núcleo directivo del Regimiento. Benigno Rodríguez dirigirá la Comisión de
Trabajo Social o Comisió Política, sección fundamental del Regimiento.
Desde los primeros días se
incorporarán al Quinto Regimiento varios militares profesionales que instruirán
y mandarán las primeras unidades.
Francisco Galán. Miembro del PCE e
instructor de las MAOC antes de la guerra. Saldrá para Somosierra el día 21
dirigiendo una columna en la que van el 4º y el 5º batallones de milicias.
Comandante en el Quinto Regimiento, dirigió un tiempo el frente de Buitrago,
participando posteriormente en la defensa de Madrid.
José María Galán, hermano menor de
Fermín y Francisco, era teniente del Cuerpo de Carabineros cuando se produce la
sublevación. Vinculado a la comandancia del Quinto Regimiento como jefe del
Estado Mayor de las milicias dirigidas por su hermano, mandará la 3ª Brigada y
posteriormente varias agrupaciones de Brigadas y Divisiones. Luego estuvo al
frente del XXIII Cuerpo de Ejército hasta 1938.
Miguel Gallo Martínez, capitán de
Infantería del cuarto militar del Presidente de la República, veterano de la
sublevación de Jaca. Actuó como oficial de enlace de la columna de Francisco
Galán. Mandará la 6ª Brigada Mixta, la 24ª División en Brunete y el X Cuerpo de
Ejército. Comandante en el Quinto Regimiento, participará en la organización de
sus primeras milicias cuando era el 5º Batallón.
Manuel Márquez Sánchez de Movellán,
capitán de Infantería, enviado por la Inspección de Miicias que dirige Luis
Barceló, actúa de instructor de la “Primera Compañía de Acero” a la que dirige
en el fente de Guadarrama. Mandará en la Sierra fuerzas de la columna Mangada y
posteriormente la Brigada 19ª, la 18ª División y el VII Cuerpo de Ejército.
Luis Barceló Jover, comandante del
Batallón del Ministerio de la Guerra y miembro del PCE y la U.M.R.A., vinculado
al 5º Regimiento, dirigirá la Inspección General de Milicias. Mandó un tiempo
las fuerzas que intentaron tomar el Alcázar de Toledo y el “Grupo Barceló” del
Quinto Regimiento. Después fue jefe de la 35ª Brigada, la 2ª División y el I
Cuerpo de Ejército.
Eutiquiano Arellano, capitán de
Infantería, fue otro de los primeros instructores del Quinto Regimiento y mandó
en la Sierra algunas de sus Compañías de Acero. Fue el primer jefe de la 4ª
Brigada, muriendo en Madrid en noviembre del 36.
Desde su fundación, el Quinto
Regimiento dedica una especial atención a la instrucción de sus milicias. A
través de la prensa, desde finales de julio realiza diversos llamamientos para
que se incorporen instructores al mismo. Además de los ya citados, hemos de
mencionar al capitán de Artillería Bozada, uno de los primeros; al comandante
Rivas, organizador de la 2ª, 3ª y 5ª “Compañías de Acero” y luego responsable
de Organización de la Comandancia Militar de Milicias; al capitán Enrique
Martínez Laredo, que procedía del Cuerpo de Auxiliares de Infantería de Marina
y que dirige en la defensa de Madrid uno de los Batallones de Choque del Quinto
Regimiento a cuyo frente muere.
De la instrucción diaria en
Francos Rodríguez[6]
se encargarán el capitán Beltrán y el militar portugués Oliveria, exiliado en
España. Ambos participan en la organización de las “Primeras Compañías de
Acero” y los “Cuatro Batallones de Choque” que se formarán en los días de la
defensa de Madrid en noviembre. Oliveira dirige la primera Academia Militar del
Quinto Regimiento y los primeros grupos de guerrilleros. En noviembre organiza
y manda un batallón que lleva su nombre.
Otro
mando del Quinto Regimiento en las primeras semanas de su existencia será
García del Val, dirigente del sindicato de la confección. Sale de Francos Rodríguez el día 21 de julio con la columna
Galán y a fines de ese mes va al Guadarrama como representante político de la
primera unidad del Quinto Regimiento, la “Primera Compañía de Acero” que manda
Manuel Márquez. En octubre de 1936 pasó a ser miembro civil del Estado Mayor
Central y con posterioridad fue Director General de Transporte por Carretera.
De
entre los mandos de las primeras unidades del Quinto Regimiento que operan en
los frentes de la Sierra destaca José Antonio Pérez Heredia, miembro del Comité
Provincial del PCE de Madrid. Mandó el Batallón Asturias de la columna
Mangada, con el que lucha en Navalperal, Las Navas y la Ciudad Univrsitaria,
donde muere en noviembre de 1936. Cecilio Arregui organiza varios batallones Juventud
Campesina en el cuartel del Quinto Regmiento de El Escorial, con los que
lucha en el frente del Guadarrama de cuya columna pasa a ser jefe de Estado
Mayor.
Como organizador del Primer Batallón del Quinto Regimiento, el Batallón Thaelmman, destaca junto a Modesto el comandante Ortiz, que dirigirá esta unidad en los frentes del Tajo. En la columna Galán, en Somosierra, destacará Valentín González “El Campesino”, quien dirigirá el batallón de choque Móvil Campesino en el frente de Buitrago y posteriormente en la defensa de Madrid. Mandó la Primera Brigada Móvil de Choque y luego la 46ª División en Brunete, Belchite y Teruel. Durante la batalla del Ebro fue destituido y terminará la guerra dirigiendo un centro de reclutamiento.
Como organizador del Primer Batallón del Quinto Regimiento, el Batallón Thaelmman, destaca junto a Modesto el comandante Ortiz, que dirigirá esta unidad en los frentes del Tajo. En la columna Galán, en Somosierra, destacará Valentín González “El Campesino”, quien dirigirá el batallón de choque Móvil Campesino en el frente de Buitrago y posteriormente en la defensa de Madrid. Mandó la Primera Brigada Móvil de Choque y luego la 46ª División en Brunete, Belchite y Teruel. Durante la batalla del Ebro fue destituido y terminará la guerra dirigiendo un centro de reclutamiento.
El
Quinto Regimiento se va a extender pronto fuera de Madrid. Se crearán
comandancias y centros de reclutamiento en distintas ciudades.
A
los mandos de milicias se unirán los comisarios, que mantendrán la conexión de
las distintas unidades con la Comandancia del Quinto Regimiento.
ESTRUCTURA DEL QUINTO
REGIMIENTO.
Las cuestiones básicas se deciden en las reuniones
de los responsables de cada sección y, en ocasiones, personalmente Carlos
Contreras y Daniel Ortega, responsable de Servicios, con la dirección del PCE.
La Comandancia General se reunía semanalmente para
examinar la situación de los diferentes frentes y unidades del Quinto
Regimiento. Periódicamente lo hacía con los responsables de los distintos
cuarteles del Regimiento en Madrid y más esporádicamente con los existentes en
otras provincias y comandantes de las unidades del Quinto que operaban en los
frentes fuera de Madrid. También se realizaban reuniones a las que se invitaba
a comandantes de unidades no integradas en el Quinto y a militares
profesionales, junto a los responsables de sus unidades, reuniones a las que
solía asistir algún representante de la Inspección de Milicias y del Estado
Mayor Central. Los responsables de las distintas secciones mantenían estrecho
contacto con los jefes de las secciones del Estado Mayor al que Carlos Contreras
y Daniel Ortega pasarán a formar parte como “componentes civiles” al ser
reorganizado en octubre del 36 por Largo Caballero. A partir de octubre la
Comandancia amplía las relaciones con sus unidades y cuarteles, y todos los
comandantes de Madrid y frentes cercanos deben presentarse diariamente en la
Comandancia Central para entregar un informe escrito sobre sus fuerzas y
recibir las órdenes oportunas.
La Comandancia General tendrá su
sede en un principio en el Cuartel de Francos Rodríguez, trasladándose en
septiembre a Lista, 20. No tendrá un número definido de integrantes, ni tampoco
las distintas secciones. En los primeros días el núcleo básico y mando
político-militar estará formado por Enrique Castro, Francisco Barbado como
segundo Comandante y Mariano de Pablo (Pablo el Alemán), y así aparece en Milicia
Popular el 31 de julio de 1936.
La
sección de Organización se encarga del encuadramiento de los nuevos
milicianos, su selección, mandos, instrucción, formación de unidades,
contabilidad, creación de nuevos cuarteles, etc. Como todas las milicias
de la época trataba de inflar las listas que presentaban a la Inspección
general de Milicias para así recibir mayores haberes y recursos. Hay
documentación donde tras un fácil cálculo se puede ver que el prosupuesto,
arriba o abajo, rondaba los dos millones de pesetas mensuales. La sección la
gestionaban militares profesionales, bastante bien al parecer.
Desde
Organización se controla el funcionamiento y administración de los distintos
cuarteles y comandancias del Regimiento, comenzando por el de Francos
Rodríguez, y la Comandancia General. El responsable del cuartel de Francos
Rodríguez será Antonio Beltrán con el capitán Enrique Martínez Laredo de
ayudante. Sólo en Madrid el Quinto Regimiento tenía 32 cuarteles.
La sección de Información depende en un principio del
Comandante-jefe del Regimiento. Se encarga igualmente de los cometidos propios
de ella en los Estados Mayores. Cuenta el Quinto Regimiento con un sistema de
enlaces motorizados con las unidades de primera línea que muchas veces es
utilizado por el propio Ministerio de la Guerra para obtener una información
adecuada.
A la sección de Información está adscrito en un principio el Comité de
Investigación que como los de otras organizaciones lleva a cabo en las primeras
semanas una actuación represiva autónoma. Después de agosto esta sección de
vigilancia pasará a depender de la Comandancia General y se centrará en el
control de las posibles infiltraciones de facciosos en el Regimiento, llevando
a cabo también labores de contraespionaje.
La
sección de Operaciones estaba dirigida directamente por Carlos Contreras
que se incorporará en octubre a la correspondiente del Estado Mayor Central
como civil. En esta sección se trataba de aquello que es propio de ella en
cualquier Estado Mayor: planificación de la actividad combativa, acciones de
guerra, actividades en los frentes, colaboración con otras unidades, etc. Tal
como afirma Daniel Ortega, a esta sección llegaban las peticiones de las
distintas unidades.
Con
el apoyo de los militares profesionales se forma la sección Técnico-Militar
a cuyo frente está Antonio Domínguez Costa. Se encarga de la formación técnica
de los mandos de unidades que no son militares profesionales. A su cargo está
también, en relación con la Comisión de Trabajo Social, la publicación de octavillas y folletos sobre temas de
técnica militar.
En
Servicios se agrupaban las clásicas subsecciones de Intendencia,
Armamento, Transportes y Sanidad. En esta sección tuvo enorme éxito la
comandancia del Quinto, pues colocó al frente a los hombres adecuados, civiles
expertos en la materia: médicos, armeros, gestores y personal auxiliar que
sabían cómo actuar y dónde pedir, rogar o exigir. El Quinto creó Hospitales
propios, casas de reposo para convalecientes, etc... (esto lo hicieron todas
las milicias). Daniel Ortega, gaditano, diputado comunistas y medico, destacó
en estas tareas.
En
Trabajo Social se dedicaban a dos funciones, la propaganda (agitación y
propaganda) y lo que hoy llamaríamos Servicios Sociales, ayuda a combatiente y
a sus deudos. Disponía del diario Milicia Popular que estaba muy bien
confeccionado y redactado. También se disponía de una emisora de radio.
Los
Servicios Especiales, bajo mando directo de la Comandancia, parece que
complementaban las funciones de la sección de Información y realizaban
investigaciones y operaciones especiales con el principal fin de evitar el
infiltramiento enemigo. Puede que también hicieran labores de protección
personal y represión de la Quinta Columna, represión que nada tiene que ver con
los asesinatos que se produjeron en Madrid durante el verano y parte del otoño.
La represión de la quinta columna era una actividad legítima de la República,
se trataba de agentes enemigos, que no sólo preparaban atentados, sino que
infiltraban espías, boicoteaban actividades industriales y militares y se
comportaban como agentes enemigos, traidores en suma.
Los
Guerrilleros fueron una creación de Enrique Castro y no hay muchas
informaciones sobre sus hechos, pero probablemente realizaban labores de
información en campo enemigo.
El
Comisariado era una sección paralela a la Comandancia. Se encargaba del
adoctrinamiento político del voluntario, lo que no era poco, de la recluta de
delegados de compañía y de la formación de nuevos comisarios. Por ella pasaron
muchos de los futuros Comisarios de la 11 división y del V Cuerpo de Ejército.
LA POLÍTICA MILITAR DEL PCE:
EL QUINTO REGIMIENTO
En
un primero momento, la creación de la unidad responde a la necesidad de no
quedarse atrás en el proceso de formación de milicias que llevaban a cabo otras
organizaciones como la UGT y la CNT, aprovechando los cuadros y miembros de las
MAOC para organizar “una gran unidad de combatientes disciplinados,
entusiastas, militarmente capacitados, armados y mandados adecuadamente”,
según afirma Cordón.
Consciente de su debilidad
numérica y escasa influencia, el PCE pretende unificar sus milicias y conseguir
que individuos de otras organizaciones políticas y sindicales, o no
pertenecientes a ninguna, se incorporaran a ellas. Por ello plantea el Quinto
Regimiento como unidad de Frente Popular, llamando al enrolamiento a “Republicanos,
Socialistas, Anarquistas, Hombres libres, Trabajadores en general”, tal
como aparece en el primer número de Milicia Popular.
Para el PCE, el carácter que
progresivamente iba tomando la guerra, la convertirá en guerra nacional y
antifascista, en defensa de la República democrática. Frente a un enemigo
organizado y con apoyo internacional, era necesario mantener una política de
unidad y defensa del Frente Popular, implicando en esta defensa al
proletariado, las clases medias y el campesinado. Frente al Ejército Regular de
los sublevados los comunistas españoles concluyen pronto en la necesidad y
urgencia de acometer la tarea de crear el Ejército Popular formado sobre la
base de la militarización de las milicias. Era preciso unificar, instruir y
disciplinar esas milicias, dotarlas de mandos políticamente seguros y
militarmente capaces.
Se precisaba un nuevo ejército,
pero los comunistas consideraban que era tan contraproducente la creación de un
ejército mandado exclusivamente por militares profesionales como mantener
atomizados la energía y recursos bélicos por medio de las milicias de partido.
Había que superar el antimilitarismo y militarizar las milicias, convenciendo
con hechos y haciendo ver como necesaria la creación de una organización
militar nueva.
El primer paso era la unificación
de las diversas milicias. Unificación que se pretende se haga en el seno del 5º
Regimiento. Se expone en el primero de los Documentos Históricos
editados por el Regimiento: “Desde que comenzó la militarada hemos propugnado
que era absolutamente necesaria la organización d una única Milicia. Una
Milicia potente, amplia (...). Esta Milicia, fusionada con las fuerzas armadas
adictas a la República, había de formar el nuevo Ejército español. Hemos
criticado las milicias de partido y sindicato, las milicias de “jóvenes y
“viejos”. Hemos concebido una Milicia integrada por todos los hombres y mujeres
libres de España, sin distinción de tendencia política o sindical”.
La Milicia Única es el primer
paso para la creación del Ejército Popular que será el objetivo central de la
política militar del PCE. Ejército con una disciplina férrea, con jefes
políticamente seguros y militarmente capaces, con soldados y mandos
políticamente conscientes. “Este –escribe Vidali- era el objetivo orientado a
dar nacimiento a un poderoso ejército de nuevo tipo, para el que debió servir y
sirvió la creación del Quinto Regimiento. Esta unidad había de poder ser
presentada como ejemplo a todas las fuerzas democráticas para extender al plano
nacional una experiencia comenzada por nosotros con alcance limitado”.
Al Quinto Regimiento como ejemplo
y base del futuro ejército se hace referencia continuamente. En “Por una
Milicia Única” se afirma:
“Toda la actuación del 5º Regimiento fue
principalmente esa: crear un potente ejército capaz de vencer rápidamente al
enemigo; pidiendo la Milicia Única, haciendo que su organización, la de este
Regimiento, pudiese englobar a cuantos antifascistas quisieran defender, con
las armas en la mano, la causa de la República Democrática, dispuesto siempre a
fundirse con todas las demás Milicias y a pasar a formar parte del Ejército
Popular”.
“La República necesita su ejército. Se han sentado
las bases para él con la creación del 5º Regimiento. 5º Regimiento que frente a
la desorganización de las primeras columnas que marcharon al frente, ofrece una
nueva organización; que frente a la carencia de una educación militar de las
Milicias primitivas ofrece fuerzas con una fuerte educación técnico-militar
(...). Porque el ejército del pueblo, reflejo del Frente Popular, como
aglutinante de las fuerzas antifascistas del país, debe ser, por su
organización, por su disciplina, por sus conocimientos técnico-militares, por
su composición política, la garantía de que la República democrática tendrá
millares de bayonetas sostenidas por hombres que luchan”.
Para
el PCE, con la creación del Quinto Regimiento se obligaba al Gobierno a aceptar
su posición sobre las necesidades que imponía la guerra y a los distintos
partidos y organizaciones a aceptar la posición del Gobierno. Como se afirma en
Guerra y Revolución en España:
“Pero además la presencia misma de aquella fuerza
militar organizada y orientada por el Partido Comunista ejercía una influencia
creciente sobre los demás partidos y organizaciones que se encontraban ante la
disyuntiva siguiente: o aceptar que el único ejército serio en el territorio
republicano fuese el 5º Regimiento, o aceptar que el Ejército Popular fuese
creado por el Gobierno”.
En
resumen, el Quinto Regimiento va a servir de portavoz, vehículo y prueba
visible y ejemplificadora de la política militar del PCE. Pero, además, servirá
para difundir en los frentes y la retaguardia las posiciones políticas del
partido a través, principalmente, de la muy activa Sección de Trabajo Social,
significativamente llamada también Comisión Política. A través del Quinto
Regimiento ingresarán en el PCE millares de nuevos militantes tanto soldados o
milicianos, como campesinos, obreros y miembros de clases medias, que muchas
veces pertenecen con anterioridad a otros partidos. Servirá de vivero para el
futuro Ejército Popular republicano.
El
3 de agosto de 1936, el gobierno republicano promulga varios decretos dirigidos
a la creación de un Ejército de Batallones de Voluntarios, a reclutar entre
varones de veinte a treinta años.
A
partir de los decretos del 28 y 29 de septiembre y del 10 y 20 de octubre sobre
militarización de las milicias, el PCE, principalmente desde el Quinto
Regimiento incrementa la campaña a favor de la Milicia Única y su
militarización.
El
PCE insiste en la necesidad de actuar en consecuencia con las disposiciones del
Gobierno y con rapidez, especialmente en el caso de la formación de las nuevas
unidades, las Brigadas Mixtas, que habían de ser el esqueleto del nuevo
Ejército.
Según
Carlos Contreras, el 23 de agosto el Mando General del Regimiento celebró una
reunión con asistencia de más de 50 comandantes, un representante del Estado
Mayor y mandos de otras unidades no pertenecientes al Quinto. En esa reunión el
Mando General presentó un proyecto sobre la creación de un nuevo tipo de unidad
y puso de manifiesto que:
“[...] en cuanto a la cohesión de batallones
habíamos conseguido todo lo necesario y al mismo tiempo se habían formado ya
muchos mandos. Pero era sobre todo la actividad del enemigo la que nos obligaba
a forzar el ritmo y a liquidar rápidamente la fase de las milicias, para entrar
de lleno en una verdadera organización militar: la de la creación del Ejército
Popular Regular”.
Koltsov afirma que tras mucha
oposición y dudas el Ministerio de la Guerra adoptó la estructura orgánica de
las unidades propuesta por el Quinto Regimiento que se basaba en la Brigada.
Sixto Agudo destaca cómo la experiencia después de la caída de Talavera, con el
sacrificio diario de batallones de manera aislada, demostraba la necesidad de
organizar unidades operativas de tres o cuatro batallones capaces de maniobrar
con autonomía, y que contaran con secciones de artillería, transmisiones,
zapadores, etc.
Por su parte, Martín Blázquez
señala que la Brigada Mixta se había creado en las campañas de Marruecos y que
los comunistas, con el asesoramiento de los consejeros rusos, y el Estado Mayor
español habían llegado a la misma idea por separado. Vicente Rojo afirma que se
adoptó la Brigada por su idoneidad para la situación.
Sea como fuera, cuando el Quinto
Regimiento estaba organizando la “Brigada de la Victoria” se estableció
la creación de las seis primeras Brigadas Mixtas. La primera estará mandada por
Líster e integrada en su totalidad por fuerzas del Quinto Regimiento. Al Quinto
están vinculados también los jefes de la tercera, cuarta y sexta, José María
Galán, Eutiquiano Arellano y Miguel Gallo.
A
pesar de las disposiciones sobre organización de las milicias, en el momento
del ataque a Madrid, a primeros de noviembre, la desorganización era la tónica,
como afirma Vicente Rojo. Se desconocía que fuerzas existían y dónde estaban.
Predominan aún las columnas integradas en ocasiones por grupos de decenas de
milicianos. Urgía la reorganización, tarea que contará con el apoyo del Quinto,
decisivo en la zona Centro.
El 13 de diciembre se dicta una
circular que ordenaba a las columnas que hicieran inmediatamente un censo de
todos sus hombres por grado. Desde el Quinto Regimiento el 18 de diciembre se
pide de nuevo “la concentración de todos los grupos, bandas, columnas,
batallones en formación homogénea”.
El
proceso de organización y estructuración de las milicias y militarización plena
fue un proceso lento que no terminará hasta entrado 1937. La innovación
organizativa significó el abandono de la estructura d columnas en la que cada
una tenía distinto tamaño, estaba armada de diferente manera y obedecía a una
organización concreta más que al mando militar. Para el Quinto Regimiento
suponía refundir sus batallones en la nueva organización de Brigadas y
Divisiones. Aunque con ciertos reparos por el hecho de que no todos iban a su
ritmo, aceptaron sin problemas el paso que desde él se preconizaba ya desde
agosto.
El
27 de enero de 1937 tendría lugar el acto de disolución del Quinto Regimiento.
EL QUINTO COMO CENTRO DE
INSTRUCCIÓN Y FORMACIÓN DE MANDOS
En
lo que respecta a la instrucción militar de orden cerrado y manejo del arma la
llevaba el comandante Oliveira, militar portugués antifascista y exiliado en
España, y se hizo primero en los patios del convento y más adelante se
habilitaron otros solares.
La política de mandos del 5º
Regimiento como expresaría Líster, partía de la base de la captación de todos
los mandos del ejército regular leales que huyendo de las milicias quisieran
integrarse en el regimiento por su voluntad de luchar. Por otro lado se
impulsaba al máximo el ascenso de oficiales jóvenes, que fueran audaces y
tuvieran evidente capacidad de mando. E igualmente, capacitar y ascender a los
voluntarios del Quinto y de otras unidades de milicias que sobresalieran de sus
compañeros. En esta labor, es indudable que el Quinto gozó de las simpatías iniciales
de los oficiales del Ministerio de la Guerra y del favor de un mando clave, el
comandante Barceló, a la sazón al frente de la Inspección General de Milicias
A este respecto es muy esclarecedor la buena
actuación de la “Primera compañía de Acero”, que mandada por el ya citado
capitán Manuel Márquez, en los combates de la Sierra, sosteniendo firmemente un
sector del frente serrano que corría grave peligro por los pánicos de otras
unidades milicianas, este hecho determina la necesidad que se impone el Quinto
de crear nuevas “Compañías de acero”, como así, fue pues se llegaron a formar
hasta once y que posteriormente formarían la famosa “Brigada de la Victoria”.
Para esta tarea se tiró de los hombres distinguidos en los combates para formar
los cuadros de estas compañías, confirmando así está decidida y realista
política de ascensos de milicianos distinguidos en combate.
En
el Quinto, pronto se comprendió que la falta de oficiales y sobre todo de
suboficiales expertos impedía la creación de unidades superiores al batallón o
incluso, más abajo, la compañía, por ello en los primeros momentos del Quinto,
la compañía fue la unidad tipo que el regimiento pensaba podría salir de sus
cuarteles sin menoscabo de su actuación.
A
mediados de septiembre los mandos militares del Quinto comprenden la necesidad
de crear unidades militares más grandes, tipo brigada. La lección, tras la
caída de Talavera, es evidente. Se necesitan unidades de envergadura, y para
eso se necesitan oficiales profesionales leales o de milicias bien instruidos.
El Quinto decidió la creación de una Escuela de Mandos del 5º Regimiento bajo
mando del comandante Luis Oliveira Romero, su especialista en estos temas.
Formaron parte de su cuadro de profesores: Manuel López Iglesias, Francisco del
Cacho Villaroig, Miguel Gallo Martínez, Manuel Márquez y Sánchez de Movellán,
Eutiquio Arellano Fontán, Barbado y José Antonio Heredia.
TRABAJO SOCIAL, CULTURA Y ARTE EN EL QUINTO REGIMIENTO.
La Sección de Trabajo Social es un elemento básico
del Quinto Regimiento. Como señala Juan A. Blanco [1993, 215] :
“Se encarga de las campañas
de movilización y enrolamiento de los milicianos, de la formación política y
cultural de los miembros del Regimiento, de difundir en los frentes y la
retaguardia la política militar que defiende y de la que es expresión el 5º, de
popularizar el Regimiento, sus mandos, sus consignas, su política, de
vincularlo con la retaguardia y con otras unidades, del cuidado personal de los
milicianos y de la relación con sus familiares”.
Para desarrollar tales tareas, la Comisión de
Trabajo Social, dirigida por Benigno Rodríguez y Francisco Ganivet, utiliza
medios muy variados. En primer lugar la prensa y todo medio de propaganda
escrita. Se encarga de publicar el diario del Regimiento MILICIA POPULAR, cuyo
primer número apareció el 26 de julio. El consejo de redacción lo formaban
Francisco Ganivet, Miguel González y Paulino García, con Benigno Rodríguez en
funciones de director. A ellos se unieron en los primeros días algunos
escritores como Eduardo Ugarte, Miguel Pérez Ferrero y José Herrera Petere, el
arquitecto Luis Lacasa y un cartelista, Félix Alonso. Colaboran también el
escritor José Bergamín, presidente de la Alianza de Intelectuales
Antifascistas para la Defensa de la Cultura, Ramón J. Sender, capitán del
batallón “Amanecer”, y los poetas Luis de Tapia, Rafael Alberti, María Teresa
León y Miguel Hernández, miliciano del batallón “Móvil Campesino”.
Ocasionalmente colaboraban otros escritores e intelectuales como Manuel
Altolaguirre, Pedro Garfias, Ángel Osorio y Gallardo, etc. MILICIA POPULAR
contaba con corresponsales en todos los frentes donde operaban fuerzas del
Quinto Regimiento, recibiendo crónicas también de aquellos otros, como los del
Norte, donde había milicias comunistas. Se imprimía de noche por tipógrafos que
cumplían de día su horario de trabajo o estaban en el frente. Su tirada fue
ascendiendo desde los 6.000 ejemplares en julio a los 75.000 en diciembre,
siendo distribuido gratuitamente por los frentes. Además de MILICIA POPULAR, la
Comisión orientaba la publicación de otros periódicos de los batallones del
Quinto Regimiento: “Victoria”, “Adelante”, “El miliciano gallego”,
“Venceremos”, etc. Entre estos últimos cabe reseñar “Al ataque”, órgano de la
Brigada de “El Campesino”, donde colabora asiduamente Miguel Hernández, publica
algún poema Vicente Aleixandre y un artículo Antonio Machado titulado “Sobre la
Rusia actual”.
Junto a los periódicos, la Comisión Política editará
millares de folletos sobre topografía militar, descripción y empleo de los
diversos tipos de armas, organización, disciplina, régimen interior de las
unidades, prevención sanitaria, higiene, etc.
Además de millares de carteles, desde la Comisión de
Trabajo Social se publican manifiestos, llamamientos, instrucciones para el
frente y la retaguardia. En todos los cuarteles existe un periódico mural donde
además de los recortes de otros periódicos se recogen las iniciativas y
críticas que surgen en la unidad. Particular interés reviste la edición de
Documentos Históricos hecha por el Quinto Regimiento: hay cuadernos de
literatura de guerra como “Primera de Acero”, una narración de Ramón J. Sender;
una selección de poemas, de romances de guerra, “Poesías de Guerra”, donde se
recogen poemas de Tapia, Petere, Miguel Hernández, Alberti, etc. “Teatro en la
calle” es un cuaderno sobre teatro popular, que señala la moderna propaganda,
con tablado y actores, que el Quinto hizo por las plazas públicas. Hay
traducciones de originales de interés para los milicianos como “Hombres del
Ejército Rojo”, escrita por Mijail Koltsov especialmente para el Quinto.
Además, folletos de propaganda, una recopilación de conferencias y artículos de
Carlos Contreras, “El burro explosivo”, de Rafael Alberti, etc.
La Comisión de Trabajo Social se encarga también de
las emisiones radiofónica. El Regimiento cuenta con una emisora. Se inaugura el
17 de septiembre de 1936, emitiendo en Madrid, Málaga, Valencia, Jaén y Murcia.
Tiene como antecedente el servicio “Altavoz del Frente” que ya en agosto se
encargaba de llevar a cabo representaciones teatrales por los pueblos y zonas
del frente, de hablar a las trincheras enemigas, etc. En las emisiones
radiofónicas se dan discursos y conferencias de los mandos del Regimiento y de
las Brigadas Internacionales (Pietro Nenni, Luigo Longo, Malraux, André Marty,
etc.); militares profesionales y dirigentes de partidos y sindicatos (González
Peña, Antonio Alba, José Díaz, Dolores Ibarruri, etc.). Se emiten conciertos de
la banda del Quinto Regimiento y también entrevistas y conferencias de
escritores e intelectuales de prestigio, como León Felipe, Bergamín, Alberti,
Miguel Hernández, Victorio Macho, Sánchez Arcas, etc. Las charlas de formación
política corrían a cargo de Carlos Contreras, Benigno Rodríguez y Gabriela Abad
principalmente. Desde la emisora se daban recomendaciones básicas sobre higiene
y prevención sanitaria –en ocasiones con entrevistas a los doctores Planelles y
Recatero- y orientaciones sobre Intendencia.
Un asunto importante en la actividad de la sección
de Trabajo Social lo constituía la programación de sesiones cinematográficas en
los frentes y en la retaguardia. Se realizan en los cines y de forma ambulante
por los distintos cuarteles y comandancias del Quinto y de otras unidades
relacionadas con él. Se utilizan películas y documentales fundamentalmente
soviéticos: “Tahapaiev”, “Los marinos de Cronstadt”, “El acorazado Potemkin”,
“Octubre”, etc. Se utilizan también documentales propios. El Quinto tiene su
propio grupo cinematográfico para filmación de la actividad en los frentes y la
retaguardia. Después de la proyección se daba una pequeña charla de contenido
político. En lo frentes y cuarteles alejados de Madrid se solían utilizar los
camiones de propaganda del Regimiento,
en los que además de la máquina de cine se llevaba abundante propaganda.
Una de las principales preocupaciones del Quinto
será la formación cultural de los milicianos. Dependiendo de los comisarios se
organizaron las llamadas “Milicias de la Cultura”, formadas por los maestros,
licenciados y profesores en general, cuya labor fundamental será la
alfabetización de los numerosos milicianos que no sabían leer ni escribir. Para
su trabajo utilizan la llamada “Cartilla escolar antifascista”. El
Quinto Regimiento organiza cursillos de enseñanza primaria intensificada en los
cuarteles de sus unidades, así como cursos de bachillerato abreviado. Además de
la lucha contra el analfabetismo, los “Milicianos de la Cultura” daban
clases de cultura general, clases para cabos y sargentos, cursillos de
capacitación para comisarios, confección de periódicos murales, establecimiento
de bibliotecas, etc. En colaboración con el servicio de Cultura Popular del
Ministerio de Instrucción Pública, la Comisión de Trabajo Social lleva a cabo
una intensa campaña de creación de bibliotecas fijas y móviles en hospitales,
cuarteles, guarderías, batallones, etc. Se llevan libros, prensa, folletos,
etc., e incluso se dispone de lectores voluntarios para los hospitales.
En esta labor cultural y propagandística la Comisión
no olvida el teatro: auspicia la creación de un grupo de “teatro popular” y
patrocina algunas representaciones llevadas a cabo por “La barraca” y “Las
guerrillas del teatro” que dirige Martínez Allende. Además, la Comisión
organiza en cuarteles y frentes funciones de varietés y festivales contando con
la colaboración de un grupo de artistas entre los que se encuentra Estrellita
Castro.
Desde el Quinto Regimiento se hace gran hincapié en
aparecer vinculado a la defensa de la cultura frente a la imagen de la
“barbarie fascista” que no duda en destruir el patrimonio cultural del país. El
Quinto se encarga de la protección del palacio del duque de Fernán Núñez y del
de Liria. Junto con el PC aboga por la creación de Juntas de Defensa del
patrimonio. Camiones del Quinto trasladan a Valencia obras de arte y joyas
artísticas de lugares históricos como El Escorial, El Pardo, Aranjuez y fondos
del Museo del Prado y de la Biblioteca Nacional.
En colaboración con la Junta de Defensa de Madrid y
la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura el
Quinto Regimiento se hace cargo de la evacuación a Valencia de una serie de
intelectuales, escritores, investigadores y profesores junto con sus familias,
bibliotecas y laboratorios. Entre ellos estaban: Isidro S. Covisa, E. Moles, P.
del Río Ortega, A. Duperier, A. Medinaveitia, M. Prados y Such, J. M.
Sacristán, J. Moreno Villa, Antonio Machaado, F. Pascual, en una primera
expedición, y Ángel Llorca, Díaz del Moral, Carrasco, Carande, Gómez Moreno,
Comorera, Ontañón, José Giner, Cristóbal Ruiz, Pérez Casas, Solana, Victorio
Macho, López Mezquita y Arteta, en una segunda.
Una de las tareas básicas de la Comisión de Trabajo
Social será la preparación y apoyo a los comisarios en su labor de formación de
la conciencia político-militar antifascista y patriótica de mandos y
milicianos. También se coordina su actividad dirigida al cuidado de los
milicianos, la correspondencia con su familia, etc.
Igualmente se encarga la Comisión de realizar
labores de organización de la retaguardia, para incorporarla a la lucha contra
el fascismo. Facilita la unificación de las Juventudes Comunistas y Socialistas
en la JSU, organiza las mujeres para los trabajos de confección y reparación de
ropa, colabora en los abastecimientos, sostiene una Casa Cuna y guarderías,
etc.
La banda del Quinto tocando entre los pinos de la
Casa de Campo.
Y
para completar estas actividades, estaba la banda de música del Quinto, que
luego sería de la 11ª División y más tarde del V Cuerpo de Ejército. Dice
Líster que la banda se fundó el mismo 22 de julio del 36, que la idea partió
del Sindicato de Profesores de Orquesta de UGT, y que la dirigía el maestro
Oropesa, que era a la sazón un conocido compositor popular y Director de la
Banda de la Diputación Provincial de Madrid. La banda actuó por primera vez en
el desfile del 25 de julio de 1936 que protagonizaron las milicias del Quinto.
La historia de esta banda es extraordinaria, hay documentos gráficos de la
banda actuando en el frente de Madrid, del Jarama, Guadalajara, Brunete,
Aragón, Teruel, del Ebro y por desgracia de los campos de concentración
franceses. Posteriormente, la banda se exilió a Méjico, donde siguió fiel a su
andadura antifranquista.
UNIDADES RELACIONADAS CON EL
QUINTO REGIMIENTO
La
misma tarde del 21 de julio, cuenta Modesto que ya se formaron dos columnas
organizadas por el Quinto Regimiento. Debían ser muy pequeñas y sus voluntarios
con seguridad provenían de los hombres armados por el Coronel Rodrigo Gil en la
tarde del 18 y de los que algunos habían tenido experiencias en el Cuartel de
la Montaña y en la reducción de la zona de Campamento. Desconocemos si estas
unidades tenían nombre o simplemente eran refuerzos para las columnas de
Guardias de Asalto y Guardias Civiles que mayoritariamente guardaban el frente
serrano. Tagüeña cuenta que conoció al subjefe de esta tropa, Modesto, en estas
circunstancias, que la columna la mandaba el maestro nacional de la FUE
Bárzana, y que se trataba de milicianos del Radio Norte del PCE:
La
identificación de las unidades que se crearon en el Quinto es muy difícil. La
Comandancia Militar de Milicias siempre recibió la nomina globalmente sin que
fueran identificados los batallones/compañías. Muchas unidades comunistas de
toda España tenían relación con el 5º Regimiento y sus cajas de reclutamiento,
pero en puridad no fueron instruidas en el Quinto. Según una plantilla firmada
por Líster en octubre de 1936, estaríamos hablando de 50 batallones instruidos
y/o con dependencia del Quinto.
Las
unidades de choque principales y más cuidadas del Quinto Regimiento fueron las
once compañías de acero, que eran en realidad batallones con servicios. Alpert
dice que estas unidades eran autónomas, es decir que disponían de los escalones
de retaguardia suficientes para no depender del Ministerio, y que esta
concepción de la autonomía, "constituye el meollo de las Brigadas
Mixtas".
Otras
muchas unidades se formaron en el regimiento o tuvieron relación directa con
él. Las principales, según Juan Andrés Blanco, fueron:
Las
“Compañías de Acero”. Primeras unidades que organiza el Quinto
Regimiento, además del 5º batallón que sale para Somosierra al mando de
Francisco Galán. Cada compañía tiene unos 250 hombres, un cabo por cada 10
milicianos, 1 sargento por cada 30 y un oficial por cada 100. Para formar parte
de las mismas hay que tener hecho el servicio militar, estar físicamente cano y
ser políticamente seguro. Se les sometía a un período de instrucción intenso,
adecuado a las condiciones de una unidad de asalto. Cada Compañía contaba con
secciones de fusileros, ametralladoras y bombas de mano, así como con escuadra
de gastadores, banda de tambores y cornetas y sección de enlace.
Con los grupos que desde los
primeros días habían luchado en el frente de Guadarrama se forma la denominada
primera compañía de Acero, compuesta básicamente por obreros metalúrgicos
socialistas y comunistas del sindicato “El Baluarte”. Al mando del capitán
Márquez entró en combate el 5 de agosto en el frente de Guadarrama.
Una nueva compañía de Acero sale
en agosto para la Sierra al mando de Justo López. Combate en Cercedilla y
Peguerinos junto al batallón “Octubre nº II” de Fernando de Rosa y Tagüeña.
La denominada tercera compañía de
Acero combate en agosto en Somosierra, integrada en la Columna Galán, al mando
del comandante Luis Rivas. Estaba integrada por miembros del PCE y la JSU. Tras
la caída de Toledo se traslada a este frente junto con las fuerzas de El
Campesino.
A primeros de agosto se decide la
formación de dos nuevas compañías, con Enrique Líster como capitán. Combate
durante 20 días en el Guadarrama, siendo nombrado comandante por Asensio. Tras
la pérdida de Talavera se trasladan a ese frente, junto a otras compañías
recientemente reorganizadas en Madrid. Pasarán a formar parte del segundo
batallón de la “Brigada de la Victoria”.
Al mando del comandante Fernández
Cavada, militar profesional, se formará una nueva compañía de Acero, la cual
entrará en combate en Cercedilla y después luchará en Peguerinos. Salen para
Toledo, donde relevan a una compañía de la columna anarquista “Tierra y
Libertad”. Tras la caída de Toledo, esta compañía luchará en el frente de
Carabanchel, a primeros de noviembre.
Otra compañía de Acero combatirá
en el frente de Somosierra, junto a la tercera y el batallón “Móvil
Campesino”.
Al mando del capitán Serrano
combatirá en el frente de Peguerinos la denominada octava compañía de Acero.
A finales de agosto el Regimiento
cierra la inscripción en las Compañías de Acero como unidades autónomas.
Algunas de las existentes se integrarán en la “Brigada de la victoria”.
Con la Segunda, que mandaba el teniente Justo López y la Quinta, al mando del
capitán Cavada, y una compañía de especialidades, se formará el batallón
“Acero”, al mando del capitán de infantería Eutiquiano Arellano. Estaba
formado por milicianos con experiencia militar.
A
primeros de septiembre se incorporarán al batallón dos nuevas compañías de
Acero, la 8ª Y la 12ª, alcanzando los 800 hombres, aunque no siempre opera
unido. Combate en el frente de Guadarrama, destacando en los combates del 15 de
septiembre.
Al
ser nombrado Arellano jefe de la 4ª Brigada Mixta en octubre, tomó el mando del
batallón el capitán Justo López, siendo sustituido por Joaquín Alsina, al ser
nombrado jefe del sector de Usera. Destaca este batallón en los combates del 5
y 6 de noviembre en Boadilla del Monte, donde sufre numerosas bajas. En los días
posteriores es enviado al frente de Usera.
La
“Brigada de la Victoria”. Fue propuesta por Enrique Castro el 11
de agosto. Se formaría a partir de una selección entre las compañías de Acero y
debería ser expresión del pluralismo existente en el Frente Popular. Estaría
formada por 3 batallones de 400 hombres cada uno, fogueados en el combate y
políticamente seguros. Fue apadrinada por el sindicato metalúrgico “El
Baluarte” al que pertenecían muchos de sus integrantes. El día 18 salieron para
el frente las tres primeras compañías al mando del comandante Manuel Márquez,
llevando una sección de morteros y otra de ametralladoras, además del servicio
de transmisiones, pero sin alcanzar los 1.200 hombres previstos. De hecho,
numéricamente, la “Brigada de la Victoria” no era más que un batallón integrado
por combatientes de las primeras compañías de Acero, milicianos enrolados en la
barriada de Vallecas y jornaleros y campesinos de Yecla (Murcia) que forman la
compañía “Juanita Rico” al mando de F. Varela.
El 15 de septiembre se traslada
al frente de Talavera, participando en la reorganización del frente tras la
pérdida de Maqueda, junto al tercer grupo de asalto de Burillo y los batallones
“Thaelmann”, “Pasionaria” y “Largo Caballero”.
El “Batallón de la Victoria”
combate en el frente de Guadarrama. Participa en la recuperación de Peguerinos
a fines de agosto junto al “Octubre” y dos compañías del “Thaelmann”. Tras el
decreto de creación de las seis primeras Brigadas Mixtas se integra en la
Primera al mando de Líster. Participa en el fallido contraataque sobre Seseña y
después en el sector de Villaverde. Tendrá una dstacada actuación en el ataque
al Cerro de los Ángeles a mediados de enero de 1937.
El batallón “Thaelmann”.
Fue el primer batallón organizado por el Quinto Regimiento. Se forma en
Navacerrada a primeros de agosto, siendo su primer comandante Juan Modesto
Guilloto. Se basa en una de las columnas de milicianos que el 19 salen de
Villalba hacia Navacerrada al mando de Bárzana, con Modesto de segundo jefe.
Hasta primeros de septiembre
combate fundamentalmente en Navacerrada. Unidades de este batallón participarán
en el frente de Guadarrama, donde es herido Modesto, y en los ataques a
Peguerinos. Tras la caída de Talavera, Modesto se traslada a este frente con
dos compañías, quedando el resto del batallón en Navacerrada. Participa en el
contraataque republicano sobre Seseña y en la defensa de Madrid, en el sector
de Villaverde, en noviembre. También intervendrá en las batallas del Jarama,
Brunete y Guadalajara.
Junto a las Compañías de Acero
y la “Brigada Victoria”, el “Thaelmann” será el vivero de los
mandos que el Quinto Regimiento aporta al Quinto Regimiento, formando el núcleo
de la 9ª Brigada. La Comisión de Trabajo Social del Quinto Regimiento encargó a
Rafael Alberti, Mª Teresa León y Emilio Prados una historia de este batallón.
El batallón “Campesino de
Milicias Gallegas”. Se formó a iniciativa de algunos gallegos
residentes en Madrid, contando con el apoyo de algunos dirigentes del partido
Galleguista y de acuerdo con el PCE. A primeros de septiembre el batallón
estaba completo. Estaba formado por gallegos llegados a castilla para la siega
y algunos deportistas e integrantes de las Casas de Vigo y Pontevedra que
habían acudido a la Olimpiada Popular de Barcelona. Para su dirección política
se creó un Comité de Frente Popular. Editaba un periódico, “El Miliciano
Gallego”. Contó con la colaboración de numerosos intelectuales gallegos de la
zona republicana, como Rafael Dieste y Castelao. Al mes de empezar su
alistamiento salió para el frente de Toledo, participando en los combates de
Maqueda, y días después en los Montes de Toledo.
De vuelta al cuartel en Madrid,
fue nombrado comisario Santiago Álvarez. En una asamblea celebrada en el patio
del cuartel, a propuesta de Santiago Álvarez y del comandante López Iglesias,
se decidió su incorporación al Quinto Regimiento. Al crearse la primera Brigada
Mixta pasa a ser el 4º batallón, integrándose con la citada Brigada en la 11ª
División, con López Iglesias como jefe y Santiago Álvarez de comisario. En
noviembre y diciembre permanecerá en el sector de Villaverde, participando en
los ataques a La Marañosa, Cerro Rojo y Garabitas, así como en las batallas de
Guadalajara y Brunete.
El batallón “Amanecer”.
Se formó en septiembre a partir de la Escuadra del Amanecer”, grupo de milicias
que actuó en los primeros días de guerra en el frente de Guadarrama. Estaba
integrado por obreros del Puente de Vallecas y campesinos procedentes de las
provincias de Granada y Córdoba. Constaba de cuatro compañías, con Ramón J.
Sender de comandante. Escribía regularmente en MILICIA POPULAR sobre la vida en
los frentes y aspectos de la instrucción militar. A principios de octubre se
traslada al frente del Tajo.
Al crearse la primera Brigada
Mita pasa a ser el 3er batallón de la misma. Participa en el ataque
a Seseña, durante el que Sender abandona el batallón, siendo posteriormente
degradado, trasladándose a Barcelona y después a París. En diciembre volvió a
escribir en Milicia Popular.
El batallón “Líster”.
También denominado “Corbata” por el nombre de su comandante. Formó parte de la
Primera Brigada Mixta. Procedía de las compañías de Acero 4ª, 6ª y 9ª, que
había dirigido Líster en los frentes de la Sierra, Santa Olalla, etc., retrocediendo
hacia Madrid. Aunque integrados en la nueva estructura del Ejército, hasta bien
avanzado diciembre siguen vinculados al Quinto Regimiento.
La columna “Galán”.
Uno de los primeros grupos que salen para la Sierra es el de Francisco Galán,
integrado por miembros de las MAOC del distrito Norte y comunistas de los
distritos Oeste y Este. Con estas fuerzas se formará el “5º batallón de
Milicias”, también llamado “Galán”, y el 4º.
Estas fuerzas estaban dirigidas por Francisco Galán, Sebastián Pérez y Molina.
Ocupan el sector avanzado del frente de Somosierra en el sector de Buitrago. Al
“5º batallón” de Galán pertenece la llamada “Compañía de
Toreros”, que manda el teniente y luego capitán de Milicias “Litri”.
Estas unidades con 1.350 milicianos en septiembre. Editaban un periódico, “No
Pasarán”, órgano de la fracción comunista del frente de Somosierra.
Vinculadas a las fuerzas de Galán
estaban las llamadas “Milicias de Artes Gráficas”. La sección de
periodistas y escritores se llamaba grupo “Luis de Sirval”, en
memoria del periodista asturiano asesinado en la revolución de octubre de 1934.
A primeros de agosto constituían un grupo de choque al mando de Leandro. En
diciembre el batallón de “Artes Gráficas” contaba con 537
milicianos al mando de Luis Gascón.
A principios de noviembre Galán
se traslada con el 4º batallón y parte del 5º al frente de Madrid, ocupando el
sector de la Casa de Campo donde es herido el 13 de noviembre.
Batallón Móvil de Choque
“El Campesino”. Éste había participado en el asalto al Cuartel de la
Montaña, saliendo para Somosierra con una treintena de hombres, dos camiones y
una ametralladora. Ya en Buitrago, formará una compañía con las fuerzas de
Galán procedentes del Radio Oeste. Después del ataque a Robregordo, Valentín
González fue nombrado responsable militar.
Este batallón, que a primeros de
septiembre constaba de dos compañías, se forma como unidad de choque con restos
de otras unidades. Se integra en él campesinos de Salvanés y Villamanrique, y
la compañía “Los Serranos” formada por lugareños de la zona de Villavieja.
En septiembre el batallón de “El
Campesino” combate en Peña del Alemán y Villavieja. Después ocupa el subsector
del frente de Somosierra que iba desde Gargantilla a Mata Aguda. A finales de
octubre contaba con unos 1.640 hombres. A primeros de noviembre se trasladan a
Madrid. Participan en los combates de Boadilla del Monte, Retamares, Romanillos
y en la zona de El Plantío, donde muere Pablo de la Torriente, escritor cubano
y comisario.
En diciembre las fuerzas de “El
Campesino” cuentan con 3.600 hombres en cuatro batallones. A mediados de
diciembre se crea la Brigada Móvil de Choque con las fuerzas de “El Campesino”,
el batallón “Asturias, el “Canarias”, otras fuerzas militares y una compañía de
dinamiteros formada en Vallecas al mando de Cirilo García.
Esta Brigada participa en toda
acción de importancia, salvo en Belchite, al quedar de reserva en los frentes
del centro. De las fuerzas de “El Campesino” saldrán algunos mandos que jugarán
un importante papel en el ejército republicano y algunos conocidos escritores y
poetas como Miguel Hernández y Pablo de la Torriente.
El batallón “Sargento
Vázquez”, formado en la Sierra por comunistas y socialistas del Puente
de Vallecas y miembros de la JSU, junto a campesinos de los pueblo de Ávila
cercanos al frente donde actuaba la columna “Mangada”. Los
primeros mandos fueron Ramón Fernández Cortinas, José León y Felipe Pulgar. En
el mes de septiembre se incorporan al batallón, dirigido por Orgaz, 400
milicianos, tras una campaña de enrolamiento en Puente de Vallecas.
Tras
la caída de Talavera parte del batallón se trasladó a los frentes de Toledo. En
noviembre participó en la defensa de Madrid, integrado en la columna “Arce”
del sector Mena. A partir del 23 de noviembre pasa a ser comandante del
batallón el dirigente del PCE del sindicato de panaderos Manuel Fernández,
responsable de los primeros grupos de milicias formados en Vallecas. Durante
noviembre y diciembre el batallón permanece en la zona de Ciudad Jardín. A fines
de diciembre participa en las operaciones de San Fernando y Cerro Rojo. Formará
parte de la 37ª Brigada.
El batallón “Asturias”,
también denominado “Voluntarios de Asturias nº 1”. En un
principio estaba integrado por la columna de mineros asturianos que el día 19
llega por tren a Madrid, a los que se unen milicianos encuadradas por el Radio
Oeste del PCE y la organización socialista de esa zona. Junto a Mangano se
integran en esta columna algunos dirigentes de la JSU como Trifón Medrano y
José Antonio Heredia, miembro del Comité Provincial del PCE de Madrid y
dirigente del sindicato panadero “Artes Blancas”. Con la 6ª Compañía del
batallón “Asturias” se inicia la formación del “Aida Lafuente”,
al mando de Trifón Medrano, quedando Heredia al frente del “Asturias”.
A
primeros de noviembre el batallón “Asturias” viene al frente de
Madrid, integrándose en la columna española de la Primera Brigada
Internacional, dentro de la columna “Kléber”, formada por la 1ª y
la 2ª Brigadas Internacionales, y ocupa el sector de Puerta de Hierro. Tras la
muerte de Durruti en los ataques al Hospital Clínico a mediados de noviembre
las fuerzas de su columna pasan a la retaguardia y son sustituidas por el
batallón “Mora” de la CNT y el “Asturias”. En este
asalto, en el que también participan fuerzas del Quinto Regimiento al mando de
Oliveira, muere Heredia, quedando al frente del batallón el comandante Mencía.
A primeros de diciembre contaba formalmente con 928 hombres.
El
batallón “Capitán Condes”. Creado a primeros de agosto en Chamartín de
la Rosa, a iniciativa de la JSU, unificando las milicias socialistas,
comunistas y de la JSU de esta barriada. Toma el nombre del capitán de la
Guardia de Asalto, Fernando Condes, encarcelado desde la revolución de octubre
en Asturias en 1934 hasta el triunfo del frente Popular, compañero de los
tenientes Fernández y Castillo y participante en la muerte de Calvo Sotelo.
Condes se incorporó a los combates en Somosierra, al mando de la columna
“Motorizada Socialista” y muere a finales de julio. En octubre de 1.289 contaba
con 1.289 hombres, al mando del comandante Fidel Ruiz.
Durante
la defensa de Madrid las fuerzas de este batallón permanecen en la Sierra, en
el sector que va desde el Guadarrama a Navas del Marqués y en la zona de
Aranjuez, localidad desde la que se incorporarán numerosos campesinos.
A
partir de noviembre comparte el cuartel del instituto Nebrija con los
batallones “Juventud Campesina”, llegando a disponer de una escuela de
enseñanza primaria.
Los
batallones “Juventud Campesina”. Formados por el Quinto Regimiento, en
colaboración con el Comité Provincial de la JSU de Madrid. En diciembre serán
seis los batallones “Juventud Campesina” con más de 4.000 milicianos. A
mediados de agosto sale de su cuartel de Comillas para la Sierra la primera
compañía de 250 milicianos al mando de Juárez. En Aranjuez y su comarca se
alistan más de 1.000 milicianos. En la defensa de Madrid participan diversos
contingentes de estos batallones, si bien la mayoría de las fuerzas permanecen
en los frentes de la Sierra Madrileña.
El
“Batallón Alpino”. Tenía su cuartel en Gaztambide 42. Se
integrará en la llamada “Columna de Navacerrada”, cuyo jefe es el comandante
Cuevas. Para dirigir este batallón se designa al mayor Joaquín Rodríguez,
metalúrgico y miembro de la Juventud Comunista. El “Batallón Alpino”
permanece en Navacerrada durante toda la guerra. A fines de diciembre se unirá
al “Alpino Juventud” organizado por la JSU, creando una unidad
autónoma de montaña.
El
“Batallón de Hierro” o “Brigada Motorizada de
Ametralladoras”. Fue organizado por el Quinto Regimiento con la
colaboración de la Federación Deportiva Obrera. Se concibe como unidad de
enlace, pero también de choque, con secciones de asalto, dinamiteros y
ametralladoras.
En
octubre el batallón envía enlaces a todos los frentes de la zona Centro. Cuenta
con un periódico, “Hierro” y dispone en su cuartel de una biblioteca de
más de 1.000 volúmenes. A principios de 1937 contaba con más de 1.200 hombres
al mando de Amado Granell.
El
batallón de “Zapadores-Minadores”. Desde septiembre el Quinto
Regimiento recalca la necesidad de construir fortificaciones en torno a Madrid.
A mediados de noviembre, en plena batalla de Madrid, inicia el enrolamiento en
el batallón de “Zapadores-Minadores” en colaboración con la
Federación Local Obrera de la Edificación de Madrid y Limítrofes, las
Sociedades de ingenieros y arquitectos, y la de encargados y listeros. A
primeros de diciembre se integrará la “Brigada de Fortificaciones”
del Radio 8 de la JSU, en la que destaca su compañía “Juanita Rico”.
El
batallón “José Díaz”. Se formó a mediados de septiembre con
andaluces evadidos, reforzado con gente del Sector de Latina cuyo radio del PCE
inicia el reclutamiento en Toledo, 98. Destacó el sindicalista y comunista
Saturnino Barneto, evadido de Sevilla. Tenía su cuartel y comandancia en Juan
de Mena, 19. Participó en el contraataque sobre Seseña a fines de octubre
integrado en la Primera Brigada Mixta de Líster. Asimismo tomó
parte en las batallas del Jarama, Guadalajara y el ataque al cerro de
Garabitas. Combate en los frentes del Tajo y en Brunete, donde murió su
comandante, Segismundo Blanco.
El
“Batallón Canarias”, organizado en el cuartel del Quinto
Regimiento de O’Donnell, 11. En septiembre se trasladó a Toledo, al mando del
capitán Están, participando en el asedio al Alcázar. En uno de los combates
murió su comandante. Tras la pérdida de Toledo se retira hacia Madrid
participando en los combates sobre Pinto. Contaba con un periódico, “Canarias
Libre”, economato, talleres, una escuela, etc. En la defensa de Madrid
combate en la Casa de Campo y zona de la Estación del Norte integrado en la
columna “Romero”. A primeros de diciembre contaba con 565 milicianos, al mando
de Guillermo Ascanio. Al crearse la Brigada Mixta de Choque “El Campesino” se
integra en la misma.
El
“Batallón Leal”. Formado por la Comandancia del Este del Quinto
Regimiento, junto al Radio Comunista de este sector. Desarrolló toda la campaña
en el frente del Guadarrama, siendo su jefe de Estado Mayor Cecilio Arregui.
Contaba con el semanario “Victoria”. A primero de diciembre contaba con
576 milicianos, al mando de José Castelló.
El
“Batallón Artes Blancas”, formado por el sindicato de panaderos
de la UGT a fines de julio de 1936. En septiembre se incorporó al frente de
Guadarrama, llevando como mandos al socialista Cebolla Huertas y al comunista
Evaristo Gil, muerto en este frente a mediados de noviembre. A principios d
diciembre contaba con 855 milicianos. En los días de la defensa de Madrid
combate en el sector del Puente de Toledo, en la columna “Mena”,
y también en Carabanchel. Permanecerá en este sector hasta fines de diciembre
en que se traslada al frente de Húmera. En enero se incorporará a la columna “Rovira”,
luchando, en febrero, en el parque del Oeste.
Los
batallones “Leones Rojos”, formados por el Quinto Regimiento en
colaboración con el Sindicato de Dependientes de Comercio. El primer batallón
combate en el frente de Extremadura, integrado en la columna “Uribarry”,
al mando del capitán Sáenz de Diego.
A
últimos de agosto la sociedad de Trabajadores de Vaquería y Despachos de Leche
organiza otro grupo que combate en Peguerinos y posteriormente en Lozoya. Entre
octubre y noviembre se forman cuatro nuevos batallones al mando de los
comunistas Muñoz y Carretero y de dos socialistas. El mando general lo
detentaba el comunista Martín. Uno de estos batallones marchará al frente de
Guadalajara y los otros tres participarán en la defensa de Madrid. El batallón
del comandante Muñoz luchará en el frente de Usera-Villaverde, junto al mandado
por Vicente Alcalde. Otro destacamento de “Leones Rojos” actuará
en la Casa de Campo, al mando del comandante Pedro Sánchez.
A
principios de diciembre los batallones “Leones Rojos” contaban
con casi tres mil milicianos, al mando del comunista P. Martínez. La mayoría de
sus fuerzas estaban en el frente de Madrid, en el sector Usera-Villaverde, en
la columna “Prada”, donde permanecerá hasta finales de diciembre.
En enero participan en el rechazo del ataque sobre la carretera de La Coruña.
Al crearse el Ejército Popular, pasaron a formar parte de varias Brigadas: la
42ª, la 50ª y la 69ª.
El
batallón “UHP”, formado en el Radio del PCE de Chamberí. El
cuartel se habilitó en un antiguo colegio de monjas “visitadoras”, en San
Bernardo, 99. A finales de agosto sale para el frente de Rascafría al mando de
Julio Moragas. Desde la Sierra el batallón se traslada a Toledo y participa en
el asedio al Alcázar. A mediados de septiembre muere Julio Moragas, en el
frente de Talavera-Santa Olalla. En octubre cuenta con 788 milicianos, al mando
de Francisco Planelles. Participa en la defensa de Madrid, en el sector de la
Puerta de Toledo, integrado en la columna “Mena”.
El
batallón “Radio Chamberí. Se le denomina también “Acero
Chamberí”. Tenía su cuartel en Ríos Rosas, 1. En octubre salió para el
Guadarrama. En noviembre luchará en el sector de la Casa de Campo con las
fuerzas de Francisco Galán.
El
batallón “Radio Norte”. Formado por el Radio Norte del PCE ante
la amenaza de las tropas de África sobre Madrid. Participará en la defensa de
la capital en el sector que manda el teniente coronel Ortega.
El
batallón “Radio Sur nº 1”, formado por el Radio Sur del PCE. En
noviembre participará en la defensa de Madrid en la Ciudad Universitaria, en el
sector al mando del teniente coronel Ortega. Estaba al mando del comandante
Carlos Romero Ino.
El
batallón “Pacífico”, formado por el Radio Sur del PCE.
Participará en la defensa de la capital en la Ciudad Universitaria, al mando de
Carlos A. López. Antes de incorporarse a las nuevas Brigadas contaba con unos
450 milicianos. Parte pasará a formar parte de la Brigada “B”, la
69ª.
El
batallón “El Águila”, formado por el Radio Delicias del PCE de
Madrid, en colaboración con el sindicato de Cerveceros y del Hielo de la UGT.
Estaba al mando el capitán Luis León. Participó en la toma de Toledo y en el
asedio al Alcázar. Posteriormente combatirá en el frente de Guadarrama. A
mediados de octubre contaba con 500 milicianos, tomando parte junto a las
fuerzas de Líster en los combates de Seseña y Valdemoro. En noviembre participa
en la defensa de la capital en la Ciudad Universitaria y después en Carabanchel
integrado en la columna “Mena”. Antes de incorporarse a las
nuevas Brigadas estaba formado por 638 milicianos, al mando del comandante
Teófilo López.
El
batallón “Félix Bárzana”. Formado en octubre para la defensa de
la capital, con la contribución de la Federación Española de Trabajadores de la
Enseñanza (FETE). Se incorporó en el sector de Usera, integrado en la columna “Prada”.
Su primer comandante es Atienza, que muere pronto, pasando a mandar el batallón
Francisco Ariza, maestro nacional. En diciembre contaba con unos 650
milicianos.
El
batallón “La Pluma”. Fue organizado por el Grupo de Oposición Sindical
de Empleados de Oficinas de Madrid como Brigada de trabajo para la defensa de
Madrid. Un grupo se encuadrará en noviembre en la columna “Barceló”,
llevando como comandante a Serafín Hernán. Después de las primeras batallas
volverá a la retaguardia, permaneciendo un pequeño grupo en el sector de
Pozuelo de Alarcón.
El
batallón “La Montaña”. Formado en colaboración con el Sindiato de
Albañiles de la UGT “El Trabajo”. Ocupó el cuartel que tenía el Quinto
en Valdeconejos (Dehesa de la Villa). Su comandante fue Juan Espinosa.
Los
batallones “Leningrado”, “Comuna de Madrid”, “Marinos
de Kronstadt” y “Comuna de París”. Ante la amenaza de los
sublevados sobre Madrid, el Quinto Regimiento desarrolla en octubre una amplia
campaña para la defensa de la capital. Especialmente intensa es la campaña para
la formación de cuatro batallones de choque, siguiendo el ejemplo de las
primeras compañías de Acero. Los presidentes del sindicato metalúrgico “El
Baluarte” y de la Sociedad de Albañiles de Madrid “El Trabajo”
participan activamente en esta campaña. Los comandantes del Quinto Regimiento
Oliveira y Nilamón Toral se encargarán de instruir a estas unidades. Del “Marinos
de Kronstadt” apenas se forma una compañía, que sin instrucción se
incorpora al frente de Carabanchel. A finales de diciembre saldrá para el
frente el batallón “Leningrado” que con 500 hombres organizará la
Comandancia del Este del Quinto en Lista, 29. Posteriormente pasará a ser el 3º
de la Brigada Móvil de Choque.
El
6 de noviembre estaba ya organizado el “Comuna de Madrid”, con
unos 600 hombres. Se incorpora al frente de Carabanchel al mando del capitán
Antonio Cabezas. Estaba integrado en la columna de “Mena”, en el
sector del Puente de Toledo. Posteriormente combatirá en El Pardo, Los
Barracos, Valdemorillo y Colmenarejo. Fuerzas de esta unidad formarán el núcleo
de un batallón de la 25ª Brigada y otro de la 42ª.
El
batallón “Comuna de París” ocupó el mismo cuartel que el “Voluntarios
de Andalucía”. En el “Comuna de París” se integra una
compañía de milicias ferroviarias al mando de Narciso Julián. Combatirá el 8 de
noviembre en la Casa de Campo, en el sector del Puente de los Franceses y
después en el defendido por la columna “Mena”.
El
batallón “Vanguardia Roja”. Se forma, en noviembre, con la
colaboración del Sindicato de Hostelería en el cuartel que el Quinto tenía en
San Bernardo, 14, al mando de Antonio Manuel Aguila. Participa en la defensa de
la capital, en el sector de Boadilla del Monte. En diciembre de 1936 contaba
con 666 milicianos.
El
batallón “Estrellas Rojas”. Se empezó a formar en agosto en
colaboración con la Federación Provincial de Grupos de Oposición Sindical. Se
organiza un grupo que marchó al frente de Guadarrama. Posteriormente se
incorporará al “Vanguardia Roja”.
El
batallón “Cruz”. Se forma en noviembre con diversas fuerzas, al
mando del comandante Cruz, comunista portugués, muerto en la batalla del
Jarama. Formó parte de la columna “Ortega” en la Ciudad
Universitaria, al igual que el llamado batallón Heredia, en memoria del
comandante del “Asturias” muerto el 19 de noviembre en el asalto
al Hospital Clínico.
BIBLIOGRAFÍA:
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Michael: El
ejército republicano en la guerra civil. París, Libros de Ruedo
Ibérico-Ibérica de Ediciones y Publicaciones, 1977
ÁLVAREZ
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Memorias II. Yo fui Comisario Político del Ejército Popular. A Coruña, Ediciós
do Castro, 1986
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El Quinto Regimiento en la política militar del P.C.E. en la guerra civil.
Madrid, Aula Abierta, Universidad Nacional de Educación a Distancia, 1993
COMÍN
COLOMER, Eduardo: El
5º Regimiento de milicias populares. Madrid, Editorial San Martín, 1973
DOMÍNGUEZ
BENAVIDES, Manuel:
Soy del 5º Regimiento. Primer libro de Madrid. Sevilla, Biblioteca de Rescate.
Renacimiento, 2014
IBARRURI,
Dolores (Coord.):
Guerra y Revolución en España 1936-1939. Tomo I. Moscú, Editorial Progreso,
1966
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BARCA, Antonio: Hace sesenta años. El País, 20 de julio
de 1995. En: https://elpais.com/diario/1996/07/20/madrid/837861854_850215.html
[consultado el 2 de septiembre de 2017]
LISTER
LÓPEZ, Enrique:
Nuestra guerra. Memorias de un luchador. Silente, Memoria Histórica, 2007
MILICIA POPULAR. Exposición "6 meses de guerra civil". En: http://prensahistorica.mcu.es/es/publicaciones/numeros_por_mes.cmd?idPublicacion=4706&anyo=-1 [consultado el 2 de septiembre de 2017]
MODESTO,
Juan: Soy del Quinto
Regimiento. París, Colección ebro, 1969
[1] Milicias Antifascistas Obreras
y Campesinas
[2] El nombre correcto es
Eutiquiano Arellano
[3] Vittorio Vidali, conocido en
España como Carlos Contreras o Comandante Carlos, fue el auténtico organizador
del Quinto Regimiento. Comunista italiano, en el momento de la sublevación era
dirigente del Socorro Rojo Internacional. Disuelto el Quinto Regimiento ocupó
diversos puestos en el comisariado hasta el final de la guerra.
[4] Miguel Gallo Martínez, capitán
de Infantería, participó en la sublevación de Jaca en 1930, pasando
posteriormente a la Casa Militar de la Presidencia de la República. Miembro del
PCE, formó parte del Quinto Regimiento, mandó la 6ª Brigada, la 24ª División y
posteriormente el X Cuerpo de Ejército.
[5] Eutiquiano Arellano, capitán
de Infantería retirado, se vinculó desde los primeros días al Quinto, mandó la
1ª Compañía y el Batallón de Acero, y posteriormente la 4ª Brigada. Murió en
noviembre de 1936 en la defensa de Madrid.
[6] Poco después y por las
evidentes necesidades de más terreno, se desplaza a la Dehesa de la Villa.
[7] Publicado en Milicia Popular,
nº 9 de 5 de agosto de 1936
Enhorabuena y gracias por esta información tan completa y documetada sobre el Quinto Regimiento.
ResponderEliminarMi abuelo materno, el escritor y periodista republicano Luis Hernández Alfonso (1901-1979), premios Cervantes y Zozaya de 1930, luchó con el Bón. Octubre, que tenía su cuartel general en la finca Parque María, de Cercedilla, y que estaba comandado por Etelvino Vega. De la lucha y de la vida de este batallón en el frente de la Sierra dejó cabal testimonio en una serie de 6 reportajes que publicó en la afamada revista «Crónica» entre el 9 de agosto y el 18 de octubre de 1936. Los he colgado en su integridad (texto y material gráfico) en mi blog «Los Hernández» de memoria histórica familiar, y pueden leerse en los siguientes enlaces:
http://loshernandez.wordpress.com/2011/09/03/lucha-en-la-sierra-1-la-vida-de-los-milicianos-en-el-frente-de-batalla/
http://loshernandez.wordpress.com/2010/10/17/lla-vida-de-las-milicias-en-el-frente/
http://loshernandez.wordpress.com/2011/09/04/lucha-en-la-sierra-3/
http://loshernandez.wordpress.com/2011/09/04/lucha-en-la-sierra-4/
http://loshernandez.wordpress.com/2011/09/18/lucha-en-la-sierra-5/
http://loshernandez.wordpress.com/2011/09/25/lucha-en-la-sierra-6-2/
Gracias de nuevo y un saludo muy cordial y agradecido.
Muchas gracias Pablo por su comentario.
EliminarUn cordial saludo
Antonio Ortiz
antonioortizmateos@gmail.com
Hola Pablo. Quisiera saber si su abuelo hizo mención alguna vez a la figura de Luis Cicuendez, el cual formó parte del Batallón Octubre ocupando un puesto relevante y fue el primer alcalde comunista de España de La Villa de Don Fadrique
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